Las sociedades responden
Llevo días con un resquemor que me revuelve en contradicciones. Se trata de la intervención de un juez en Brasil que ha bloqueado X por motivos diversos que tienen que ver con la tendencia a actuar contra la libertad de expresión cuyos límites deben estar en el código penal, no el moral. Tengo bien aprendido el axioma de que un medio, una plataforma en este caso, no puede delinquir. Delinquen las personas. Por lo tanto, el debate sobre la responsabilidad de las redes o las plataformas sobre sus contenidos entra en un espacio delicado. La postura debe ser la misma: la libertad de expresión está por encima de ideologías y coyunturas. Y en este caso concreto podemos pensar cualquier cosa de Elon Musk, pero la responsabilidad de lo publicado en su plataforma es de quién lo hace. Otra cosa es que, una vez detectada la barbaridad, se pueda eliminar, pero digamos claramente: no a la censura previa en ninguna circunstancia.
Con redes, censuras, la insistencia del imperio del bulo y la mentira para que nadie reconozca la verdad y se viva en los sospecha perpetua hace que las sociedades respondan a los sucesos de diferentes maneras. En Israel la aparición de seis cadáveres de rehenes ha suscitado una reacción contra Netanyahu. Manifestaciones en las calles, huelga general y ponen al violento presidente en situación comprometida. En dos estados de Alemania, la sociedad ha respondido en las urnas votando a una opción de extrema derecha de inspiración nazi. El dato es contundente. La situación global de la extrema derecha en Europa con diferentes formatos es para analizar en profundidad.