Obviando que haya quienes emplean las palabras para engañar, lo cierto es que hay palabras que engañan; o, cuando menos, llevan a la confusión. Märzenbier significa cerveza de marzo, pero no se consumía hasta otoño. Sin saber alemán, es bastante evidente que Oktoberfest es fiesta de octubre y, sin embargo, arranca en septiembre. Demasiada confusión, y eso sin haber tomado, aún, una märzenbier.

Aunque el estilo venga de algún siglo atrás, la märzenbier está vinculada a la Oktoberfest de 1872 en Múnich, el antecedente de la fiesta.

En su aroma hay matices limpios e intensos de la malta, el lúpulo no destaca y el amargor es moderado. Su perfil es seco, no resulta dulzón y la textura es bastante suave y cremosa, con una graduación que ronda los 7º.

Las hay más claritas, helles märzen, y otras más oscuras, dunkles märzen.

Zamudio queda lejos de Múnich, pero la cervecera artesanal Drunken Bros. tiene una premiada Märzen Remastered de 7,5º con la que cualquiera puede montarse una Oktoberfest dónde y cuándo le venga en gana.

Y metidos en el libre albedrío, como la Oktoberfest 2024 empezará mañana 21 de septiembre y como en la fiesta caben todos los estilos, podemos homenajearnos con el cañonazo navarro de la Hator Hator que prepara Brew & Roll en Paternain.

Es una imperial stout intensa, con densidad y toque ahumado. Tiene 13º, por lo que hay que controlar para que el «hator, hator» no signifique que acaben llevándonos a casa. Gorka IKATZA