Dentro de la expectación que provocan todos los consejeros y consejeras cuando acuden al Parlamento de Gasteiz a dar cuenta de sus objetivos y retos, Alberto Martínez sabía que ayer iba a ser destinatario de algunas miradas más que la mayoría de sus compañeros de Gabinete. Al fin y al cabo, la situación de la Sanidad lleva tiempo en el primer puesto entre los principales problemas para la ciudadanía, y a él le ha sido encomendada la tarea de revertir esta situación.

A tal objeto, anunció la puesta en marcha de un plan de choque para la mejora de la atención y accesibilidad en la Atención Primaria (AP), la reducción del tiempo de espera para ser atendido por el médico de familia, la reducción de las listas de espera quirúrgicas, así como los tiempos de demora para pruebas diagnósticas, consultas externas y de derivación a especialista.

Un dibujo general en el que sobresale el Plan de Mejora de Accesibilidad de Atención Primaria, que incluye flexibilizar las agendas, adaptar la organización de equipos a las necesidades asistenciales y realizar mejoras en la web para la cita previa, con el objetivo, dijo, de lograr que en los casos agudos la atención sea en 24 horas y que en el resto la demora media no sea mayor de dos días.

En igual sentido, el consejero enumeró una batería de medidas, como estabilizar las plazas en las Ofertas Públicas de Empleo (OPE) para personal facultativo y de enfermería -habló de 11.000 plazas en diciembre de este año-; propiciar que se dedique menos tiempo a labores burocráticas, con el objetivo de reducirlas en Atención Primaria un 40% en seis meses; convocar una OPE especial para ocupar más de cien plazas de Atención Primaria de difícil cobertura con compromiso de permanencia; implementar una estrategia de captación y fidelización de MIR; hacer «más atractivos» los hospitales comarcales; y establecer 40 plazas más de medicina en euskara a partir del curso 2025/26, en colaboración con la UPV-EHU.

REFORMA DE EMERGENCIAS

Martínez también avanzó una reestructuración de las Emergencias, un servicio que ha sido objeto de controversia este pasado verano por sus problemas y carencias, denunciadas por los y las profesionales. El consejero dijo que esta es una de sus prioridades y, explicó que se ha creado la Coordinación General de Emergencias, dependiente de la Dirección General que, con una visión conjunta de los servicios, pueda acometer las mejoras necesarias ante la necesidad de asegurar una gestión integral y transversal de los servicios de Emergencias, adelantada en el Pacto de Salud. Anunció además que las tres ambulancias medicalizadas externalizadas por Emergencias -Elgoibar, Tolosa y Donostia- pasarán al acabar el contrato a formar parte de la gestión pública.

Asimismo, dentro del programa de gobierno, el titular de Salud puso el acento en varias cuestiones concretas de la cartera de servicios de Osakidetza y su actualización, como la elaboración del nuevo Plan Oncológico de Euskadi, que incluya la extensión de los programas de cribado activos.

En este punto, indicó que la culminación de la integración de Onkologikoa en Osakidetza y la puesta en servicio del equipo de protonterapia van a suponer un salto cualitativo importante en el desarrollo de las prestaciones en oncología.

También hizo mención a la puesta en marcha de la Estrategia de Salud Cardiovascular; el desarrollo en los próximos años de la Estrategia de Enfermedades Neurodegenerativas y Neuromusculares de Euskadi; las del Ictus, el Plan de Plan de Cuidados Paliativos de Euskadi 2023-2027; la Estrategia de atención a patologías urgentes, tiempo-dependientes, como el infarto agudo de miocardio; un Plan de atención integral a la diabetes, o la ampliación de los servicios de salud bucodental, entre otras acciones que quiere acometer.

LA CRISIS DE LAS SUBPRIME

Antes de enunciar estas actuaciones, Martínez, que empezó su intervención expresando su gratitud a quienes le han precedido en el cargo, expuso el diagnóstico de la situación actual del sistema público de salud en la CAV, compartida en la Mesa del Pacto de Salud. Al respecto, puso en valor Osakidetza, como representación de un sistema «robusto y eficiente», pero no pasó por alto los problemas que le aquejan, entre los que citó por ejemplo la falta de profesionales.

Al respecto, más allá de la ausencia de planificación, que no eludió, dijo que esa falta de profesionales tiene su origen en la crisis económica desatada entre los años 2007-2008, la de las hipotecas subprime, que provocó «la quiebra del Estado» y, con ello, a una situación de bloqueo en la formación. Apuntó que desde entonces y hasta 2020 se produjo un descenso en las formaciones de profesionales sanitarios, y que precisamente en ese momento, «cuando el sistema era más débil», llegó la pandemia.

Señaló que durante la pandemia, en la que también hubo una «eclosión de jubilaciones», esas carencias de perso- nal no quedaron tan de manifiesto, por el enorme peso que adquirió el sistema hospitalario, pero una vez superada la emergencia sanitaria «tenemos una avalancha de pacientes y menos profesionales formados». Un problema, admi- tió, de difícil solución a corto plazo, pero que pretenden atajar con las medidas apuntadas durante la comparecencia.

EH Bildu emplaza al consejero a cambiar la política de personal

En el turno destinado a los grupos parlamentarios, EH Bildu pidió al consejero Alberto Martínez que cambie la política de Personal de Osakidetza. Rebeka Ubera le dijo en concreto que es urgente fijar «una plantilla única, ordenada y transparente» en el Servicio Vasco de Salud, además de pedirle «valentía para revertir todas las políticas que durante años han debilitado Osakidetza: la política de contratación, la falta de planificación, la gestión de la inercia y la continua privatización».

La parlamentaria soberanista reclamó «medidas estructurales», pues «no se pueden repetir los mismos errores; el sistema no se puede seguir basando en la autoconcertación, las horas extras y el pago de complementos».

Tras apuntar que «según las y los expertos no tenemos déficit de profesionales graduados en Medicina, ya que, en atención a nuestro número de habitantes, estamos en la media de los países desarrollados», Ubera puso el acento en la necesidad de que Osakidetza modifique las condiciones laborales para evitar que haya plazas que queden vacantes. «Hacen falta contratos estables, permanentes, y hay que vincular y regular la asistencia con la investigación y la formación, porque las nuevas generaciones no quieren más dinero, sino una organización diferente».

En esa misma línea, la representante de EH Bildu abogó por cambiar el modelo de las Ofertas Públicas de Empleo (OPE). «La gestión de las OPE tiene que ser del siglo XXI; sería suficiente con hacer una sola OPE en la vida laboral guardando la nota. Es insostenible seguir convocando OPE cada año y concursos de traslados cada cierto tiempo», consideró, y advirtió de que «no se puede seguir castigando y maltratando al personal e incrementando así la carga de trabajo de la Administración. Las y los profesionales de Osakidetza están muy quemados con ese modelo».

Desde el PP, Laura Garrido confió en que el «talante» y la «autocrítica» de Martínez «se traduzca en un cambio de rumbo» en Osakidetza, mientras que desde los grupos que apoyan al Gobierno, el jeltzale Jon Aiartza sostuvo que las medidas anunciadas por el consejero suponen «un excepcional desarrollo» de los compromisos del Gobierno, mientras que Ekain Rico, del PSE, reconoció la necesidad de «cambiar el guion» en Osakidetza, y consideró que hay que «incrementar el personal» y fomentar el diálogo con los sanitarios. I.B.