Los conservadores japoneses optan por la moderación con Ishiba
El exministro de Agricultura y Defensa, Shigeru Ishiba, fue elegido ayer líder del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) tras derrotar a la ministra de Seguridad Económica, la ultraconservadora Sanae Takaichi, en un ajustado voto que impide que Japón tenga por primera vez una mujer como primera ministra.
El veterano político de la localidad de Tottori de 67 años, exministro de Agricultura y de Defensa entre 2007 y 2009 y de perfil moderado, Shigeru Ishiba, fue elegido ayer el nuevo líder del PLD y sucederá al primer ministro, Fumio Kishida, quien el mes pasado anunció su decisión de no optar a un nuevo mandato de tres años como líder del partido.
Ishiba se impuso en una inesperada y ajustada segunda vuelta de las elecciones internas del PLD con 215 votos -189 de legisladores del parlamento y 26 procedentes de las delegaciones locales del partido-.
Su rival, la conservadora ministra de Seguridad Económica Sanae Takaichi, obtuvo 194 votos. En la primera ronda, en la que competían otros ocho candidatos, Ishiba había conseguido 154 votos, lo que le permitió avanzar a la decisiva segunda vuelta frente a Takaichi, quien lideraba la primera ronda con 181 votos. El favorito según las encuestas de algunos medios, el hijo del carismático ex primer ministro Junichiro Koizumi, Shinjirō Koizumi, quedó fuera de la elección final al quedar tercero en la primera ronda de votaciones, a tan solo 18 votos del ganador final.
A pesar que el perfil de Ishiba es conservador en el ámbito económico y de defensa, y de que también es conocido por su cercanía al Japón rural y partidario de revitalizar los pequeños centros urbanos y las industrias agrícola, pesquera, forestal y de servicios para crear mayores oportunidades de empleo en el campo, era uno de los candidatos más moderados y abiertos del total de nueve aspirantes al puesto de líder del partido.
Durante la campaña electoral, el nuevo líder del PLD se comprometió a fomentar una mayor diversidad e igualdad de género en Japón. En este sentido, se mostró a favor de revisar el código civil japonés, que actualmente obliga a los matrimonios a adoptar un único apellido, una práctica que suele derivar en que las mujeres tomen el de su esposo.
Además, Ishiba apoya la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, subrayando la necesidad de avanzar en los derechos civiles. En los últimos meses, ha sido un firme defensor de una reforma profunda del PLD con el objetivo de recuperar la confianza de los electores tras el escándalo relacionado con los fondos electorales no declarados.
CHINA Y ESTADOS UNIDOS
Partidario del impulso a las energías renovables y opositor a la reactivación del sector nuclear civil japonés, que sufrió un duro golpe tras la catástrofe de Fukushima en 2011, Ishiba ha matizado recientemente su postura. Aunque sigue defendiendo un enfoque centrado en fuentes de energía limpias, ha reconocido la importancia estratégica de la energía nuclear en un país extremadamente dependiente del exterior en materia energética, con recursos muy limitados, admitiendo la posibilidad de reactivar las plantas nucleares bajo estrictas condiciones de seguridad.
El profesor de la universidad tokiota de Soka, Fuminobu Okabe, asegura a GARA que actualmente Japón se encuentra en una situación complicada ya que «necesita llevar a cabo difíciles negociaciones diplomáticas con China y Estados Unidos» y dado el caso que su principal contrincante es vista como una política de derechas, los mandatarios del PLD optaron por un perfil más moderado para poder entablar negociaciones con ambas potencias.
El virtual nuevo primer ministro japonés, que asumirá el cargo formalmente en una votación parlamentaria el próximo martes, se presentaba al cargo por quinta vez después de «haber estado en conflicto con importantes figuras del PLD, como los ex primeros ministros, Tarō Asō o Shinzo Abe, algo que le ha limitado su apoyo en el partido», señala Okabe.
«No obstante, Ishiba está muy bien valorado por la opinión pública como un político de principios que no se doblega ante el poder» y el PLD optó por su perfil «como una ‘solución inevitable’ para evitar una mayor pérdida de apoyo entre la población», señala el académico.
Así, el flamante líder conservador es visto por los líderes del PLD como la figura clave para contrarrestar el avance del Partido Constitucional Democrático de Japón (PCD), la principal fuerza de la oposición y sucesor del Partido Demócrata, que gobernó el país entre 2009 y 2012.
Esta misma semana, el PCD ha elegido al ex primer ministro Yoshihiko Noda como su nuevo líder. Noda, un veterano político conocido por sus discursos incisivos, ha prometido reposicionar al partido acercándolo al centro del espectro constitucional japonés, con el objetivo de presentarse como una alternativa moderada y real al PLD en unas hipotéticas elecciones anticipadas, que podrían celebrarse en Japón en octubre de 2025.