NORA FRANCO MADARIAGA
Elkarrizketa
David Azurza
Secretario técnico de la Confederación de Coros de Euskal Herria

«Es necesario cambiar la percepción que los jóvenes tienen sobre los coros»

Un estudio impulsado por la Confederación de Coros de Euskal Herria ratifica la «sensación generalizada» en el sector de que el mundo coral se encuentra «en situación de crisis». David Azurza asegura que «los niños no se apuntan a un coro porque no lo han probado nunca».

(GARA)

 

Recientemente la Confederación de Coros de Euskal Herria y el Departamento de Cultura del Gobierno de Gasteiz, a través del Plan de Activación y Creación de Coros Infantiles, han realizado un estudio pionero en Europa en el sector coral en el cual se han analizado 134 coros infantiles y juveniles de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa formados por integrantes de entre 6 y 23 años. El informe, a pesar de plasmar fielmente una realidad conocida, ha despertado cierta alarma por el estado de algo tan inherente a la tradición vasca como el canto coral. Hablamos sobre este informe con David Azurza, Secretario Técnico de la Confederación.

En muchos medios se ha dado visibilidad a este informe con titulares alarmantes sobre la crisis de los coros infantiles y juveniles. ¿Es realmente tan preocupante esta situación?

Lo que es preocupante es que la tendencia estos últimos años, especialmente en los más recientes, se ha extremado. Lo que ya era una tendencia notoria, en los últimos años se ha incrementado, entre otras cosas porque, como durante la pandemia los coros fuimos muy denostados, eso se ha visto reflejado en nuestra realidad. En cualquier caso, yo creo que lo más importante es que la sociedad, la cultura, el globalismo en el que estamos, nos están llevando hacia el individualismo, que es todo lo contrario a cómo funciona un coro.

Yo te puedo asegurar que los niños no se apuntan a un coro porque no lo han probado nunca. La tendencia del individualismo es muy fuerte y al final es como una corriente que te arrolla y que te lleva y que no puedes hacer casi nada por evitarlo; pero el problema no es solo de los niños, sino también de los padres, que no les apuntan a esto porque valoran que sus hijos e hijas hagan otro tipo de actividades que les vayan a ser más provechosas en el futuro y piensan que un coro no les va a aportar absolutamente nada más allá de pasar un rato entretenido. Y ese es el gran error. Los niños no saben lo que es cantar en un coro, ni han experimentado nunca cantar en grupo, ni conocen la dinámica ni las relaciones de amistad, de trabajo, de objetivos comunes que surgen en un coro. Todo esto, que es lo que te atrapa, lo conoce quien lo ha experimentado.

Estamos hablando de un mundo amateur que, como la propia palabra lo dice, es algo que se hace por amor.

El gran problema es que la gran mayoría de la gente no ha tenido la oportunidad de amarlo y disfrutar con esto. Da igual si cantas canciones populares vascas, canciones africanas, góspel o música clásica, lo importante es cantar lo que te conecte con tu profundidad, con tus emociones. La experiencia del canto es única.

¿Hay diferencia entre la situación de los coros infantiles y la de los juveniles, o presentan la misma problemática?

Una de las cosas que se ve en el estudio y que es muy evidente es que, entre escuelas de música, conservatorios y colegios, en total hay varios miles de niños cantando, pero donde cae en picado la encuesta es en los coros de jóvenes, son nuestro eslabón perdido. Y ahí es donde está otro de los puntos clave del estudio: cantar en un coro se sigue asociando con algo muy serio, decimonónico, casi de iglesia, trasnochado… pero no es así. Desde la Confederación, y sobre todo a la vista de este informe, nos hemos planteado dedicar un esfuerzo, un tiempo y un dinero a intentar cambiar un poco la percepción que se tiene de los coros. Es uno de nuestros objetivos principales.

Por ejemplo, cuando se junta el Coro de Jóvenes del País Vasco, formado por chavales que es una gozada verlos cantar, con buenas voces, con energía, con entusiasmo… en cualquier rincón en el que se han puesto a cantar -un avión, una estación…-, la gente alucina, porque no espera encontrarse con un coro así jamás. Antes se cantaba en cualquier lado: en las celebraciones familiares, en el pueblo, en las iglesias, en los colegios, en los viajes… Cualquier motivo era bueno para celebrar cantando, pero hoy todo eso se ha perdido, la música enlatada es lo que manda, y la experiencia de ser tú mismo el que canta, el que aporta su energía a un grupo, se ha perdido, y la gente no tiene consciencia de lo que eso implica. Hay que acercar este mundo coral a la gente.

Y, sin embargo, hay muchos alumnos de música, tanto en enseñanzas regladas como no regladas.

Sí, pero no es lo mismo. Te voy a contar una anécdota muy representativa de lo que supone cantar en un coro: en una agrupación muy buena y conocida, hace un tiempo entró un chico que tocaba el violín como solista a nivel profesional y cuando descubrió lo que era cantar no podía creer lo diferente que era esta experiencia a toda su vivencia musical anterior. El violín, o cualquier otro instrumento, es algo que está fuera de ti, es una experiencia, digamos, externa; pero la voz es algo que está dentro de ti, que te pertenece. Y eso, si no lo vives, no lo puedes llegar a comprender.

Hoy en día, la tendencia es que, si mi hijo o mi hija va a ‘‘Got Talent’’, a ‘‘La Voz Kids’’ o a otro programa de ese tipo es estupendo, porque de ahí se puede convertir en la nueva estrella del momento y porque solo estamos pensando en la productividad, el dinero y la fama. Y, sin embargo, nadie piensa en el disfrute que supone cantar en un coro, aunque no tengas una maravillosa voz. Todos podemos cantar, por bien, mal o mediocre que lo hagamos, o los conocimientos musicales previos que tengamos, y se nos tiene que dar la opción de hacerlo.

¿El informe plantea soluciones, caminos para el futuro?

Todos sabíamos que hay un proceso de crisis, de cambio, de transformación de la sociedad y que era necesario tomar medidas, y este informe es el inicio exigido desde el Gobierno Vasco para poder ponerse manos a la obra y asumir esas medidas. Es decir, no podíamos actuar sin saber realmente lo que hay. Por mucho que conozcamos la realidad, sin unos datos que la refrenden y que apunten inequívocamente hacia unos problemas concretos sobre los que trabajar, no se puede empezar. Ahora ya tenemos los datos, sabemos dónde están fallando las cosas y dónde podemos intervenir. A partir de ahora, se plantea una hoja de ruta con líneas posibles de continuidad: desde la formación y consideración de los profesionales a la mejora de la imagen o la actualización del concepto. Además, estamos creando una sensibilidad y un apoyo institucional sin precedentes, que es importantísimo para poder avanzar. La propuesta nace del Gobierno Vasco, pero está abarcando a Diputaciones y Ayuntamientos de forma que estamos sensibilizando a todos de la necesidad y la urgencia de realizar actuaciones en este sentido.

Precisamente, de esa necesidad ya habían nacido proyectos como Eskolan Kantari en la Sociedad Coral de Bilbao o los de la Fundación Fair Saturday, tanto en Gasteiz con Ura Bere Bidean Korala, como en Bilbo, haciendo cantar a 1500 niños en el espectáculo EI! Bilbao.

¡Por supuesto! Pero lamentablemente siguen siendo una excepción y, además, nacen desde el ámbito privado. Este año, con el cambio de gobierno, ha sido la primera vez -que nosotros sepamos- que se ha nombrado al mundo coral en el acuerdo de gobierno entre PNV y PSOE, incidiendo en la necesidad de intervenir para rescatar y activar de modo que no se pierda la actividad coral y la actividad de danzas populares.

Una gran mayoría de los coros infantiles pertenecen al ámbito escolar y funcionan de forma autónoma. ¿Ayudaría una mayor o mejor integración en las federaciones al repunte del sector?

Que todas las federaciones provinciales tengamos la misma línea de trabajo y rememos en la misma dirección es algo en lo que estamos trabajando concienzudamente, porque es la forma de conseguir metas. Además, nosotros, como Confederación, hemos tenido siempre una comunicación con el Departamento de Cultura, pero los conservatorios, escuelas de música y colegios dependen de Educación. Hemos empezado ya a realizar esa conexión con algunos pequeños acercamientos que han ido muy bien, pero es cierto que el educativo es un mundo muy complejo. Sabemos que el mundo escolar está saturado de actividades y de obligaciones, pero nos gustaría que el canto coral estuviera implicado en las escuelas, como lo está en otros países. El canto forma parte fundamental del desarrollo de la persona y en el ámbito escolar hay una gran revolución por hacer de la mano del canto grupal. Es algo que llevará mucho tiempo y esfuerzo, pero forma parte de nuestros objetivos.

Entre la amplísima oferta de extraescolares, ¿se ha convertido el deporte en el «enemigo» del canto coral?

No, el deporte es algo necesario, es muy bueno para la salud. Pero cantar también. Además del disfrute, la experiencia energética del canto, el dominio de la respiración y de la corporalidad, la actividad en grupo, son tan buenas y necesarias para la salud como el deporte. El problema es que la educación y la sociedad tienen otras presiones.

¿Hay en marcha algún estudio equivalente para los coros de adultos?

Lo tenemos en mente, pero ahora mismo no podemos incidir en todas las áreas. Hemos comenzado por los niños y jóvenes, porque todo lo que hagamos con ellos redundará más adelante en los coros de adultos. Cuando tengamos los medios y la disponibilidad, nuestro siguiente paso incluirá a los coros que tienen familias corales, que tienen y ponen en valor sus propias canteras, sus coros de jubilados… es decir, familias corales que desde el punto de vista de la sociedad son integradoras y creadoras de tejido social, que es otra de las grandes labores de los coros.