El fiscal insiste en pedir seis años de cárcel a 36 jóvenes por hacer política
El fiscal de la Audiencia Nacional, Luis Barroso, elevó ayer a definitiva su petición de seis años de cárcel para cada uno de los 36 jóvenes independentistas juzgados desde octubre. En la última sesión antes de los alegatos finales, ocho sicólogos, como peritos de la defensa, dieron un «alto grado» de veracidad a las declaraciones de torturas después de aplicar el Protocolo de Estambul a diez encausados.
Seis años de cárcel por hacer política. En total, 216 años de prisión por actividades como realizar reuniones, ofrecer ruedas de prensa u organizar manifestaciones, que son las únicas que se han analizado durante los tres meses que se ha alargado el macroproceso. Esa es la petición que el fiscal de la Audiencia Nacional, Luis Barroso, mantiene para los 36 jóvenes independentistas que están siendo juzgados en el tribunal especial español desde el pasado 14 de octubre. En la sesión de ayer, las partes elevaron a definitivas sus conclusiones. Ninguno de ellos varió su postura. El Ministerio Público, que responde a órdenes del Gobierno, que es quien nombra al Fiscal General del Estado, pidió seis años para cada uno de los imputados. La acusación popular, que en este proceso la ejerce Dignidad y Justicia, solicita penas de entre 10 y 12 años. Mientras, la defensa aboga por la libre absolución de todos los imputados. El juicio proseguirá con los últimos alegatos (acusaciones, defensa y última palabra de acusados) los próximos días 29 y 30 de enero.
Desde su inicio, la tortura denunciada por 32 de los jóvenes ha marcado la evolución del procedimiento. Y así fue también ayer, durante el turno de las pruebas periciales solicitadas por la defensa. Ocho sicólogos, entre quienes se encontraban María Ángeles Plaza (experta en asistencia a refugiados víctimas de malos tratos y que dirige un postgrado sobre esta cuestión en la Universidad Complutense de Madrid) y Miguel Ángel Navarro (sicólogo especializado en salud mental en situaciones de violencia politica y catástrofes), explicaron la aplicación del protocolo de Estambul a diez de los jóvenes que denunciaron haber sido maltratados en comisaría. Concretamente a Maialen Eldua, Garbiñe Urra, Jon Anda, Haritz Petralanda, Eñaut Aiartzaguena, Nahaia Aguado, Mikel Totorika, Xabier De la Maza e Ibai Estebaiarlanda. Según explicaron ayer al tribunal, esta técnica, que tiene el aval del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU desde 2000, sirve como herramienta científica para cotejar conforme a criterios clínicos la credibilidad de los testimonios.
Alto grado de credibilidad
La conclusión de los peritos fue clara: todos los relatos tienen un alto grado de veracidad, por lo que puede afirmarse que, tal y como denunciaron ellos ante el mismo tribunal, fueron maltratados en el período de incomunicación. Para llegar a este planteamiento, los ocho sicólogos explicaron ayer su metodología: diversas entrevistas con los afectados, así como la evaluación de consecuencias, físicas y psíquicas, y del contexto.
En su intervención hicieron hincapié en los efectos de la tortura durante el período de detención (en especial, la «quiebra de las defensas») que pueden llevar a firmar inculpaciones con el objetivo de huir de la situación traumática. Una hipótesis más que probable en este caso, ya que estas declaraciones son una de las principales pruebas a las que se aferra el fiscal. El Ministerio Público es consciente de la relevancia de este testimonio (no se puede olvidar que incluso el tribunal permitió que los jóvenes no estuviesen presentes en la sala durante la declaración de los policías a los que acusan de maltratarles). Por eso, ayer intentó restar valor a los peritos preguntándoles incluso si consideraban que el Estado español es un espacio de violación de Derechos Humanos. «No prejuzgamos», fue la respuesta pericial, que negó tener como objetivo desvirtuar las declaraciones policiales, reiterando su interés por «documentar» lo ocurrido. El representante del Ministerio Público también apuntó la posibilidad de que el hecho traumático fuese la detención y no las torturas. Una posibilidad refutada por los sicólogos, que coincidieron a que las secuelas (como el estrés postraumático) es producto de lo que ocurrió en comisaría.
Pese a las denuncias, el fiscal sigue manteniendo una elevadísima petición de cárcel, que ayer fue calificada de «vergonzosa» por la defensa.
En libertad Carlos Saez de Egilaz, tras ser trasladado a Barajas
El preso vasco Carlos Saez de Egilaz recobró la libertad ayer, tras ser traslado a Barajas, después de cumplir condena en el Estado francés.
En distintos puntos se produjeron movilizaciones por los derechos de los presos, como en Mutriku donde se concentraron ayer 55 personas, Beasain (100), Lekeitio (101), Bergara (42), Ondarroa (184), Getaria (35), Deba (50), Lezama (40), Deba (50), Lizarra (52), Mundaka (20), Zarautz (180), Agurain (35), Legorreta (35), Lazkao (76), Lizartza (34), Ugao (53), Iruñea (270), Oñati (63), Sabin Etxea (100), Arbizu (45), Gasteiz (590), Orereta (224), Zizur (17), Tafalla (45), Zornotza (114), Aulesti (76), Gatika (7), Galdakao (75), Lezo (32), Barañain (46), Algorta (117), Andoain (50), y el jueves, en Burlata (90), Eibar (70), Arrosadia (18), Donibane (64), Txantrea (57), Iturrama (55). Además, el jueves 200 personas se manifestaron en Deustua, en solidaridad con Naia Zurriarain y ayer en Algorta, recordaron a Aitor Elortza, refugiado vasco muerto en 2006.
En Gasteiz, una kalejira desobediente en solidaridad con los jóvenes Goizane Pinedo y Unai Ruiz comenzará hoy a las 12.30 y en la plaza Txiki eta Otaegi de Getxo, tendrá lugar una comparecencia masiva, seguida por un desafío deportivo dentro de la dinámica Libre contra los macrojuicios políticos. GARA
DyJ pide «detener» hoy en Gasteiz
Dignidad y Justicia, colectivo ultra liderado por Daniel Portero, solicitó ayer a la Audiencia Nacional que ordene la detención de los jóvenes independentistas Goizane Pinedo y Unai Ruiz durante la marcha desobediente que tendrá lugar hoy en Gasteiz. Los jóvenes no acudieron al juicio que comenzó el pasado mes de octubre y anunciaron que tenían previsto reaparecer en la capital alavesa pero sin tomar parte en la manifestación, que recuerda el segundo aniversario del arresto de Ekaitz Samaniego.
Tanto Portero como Víctor Valentín Cotobal, presidente y vicepresidente, respectivamente, del colectivo ultra, denunciaron ayer ante el juzgado de guardia de la Audiencia Nacional española el anuncio de Pinedo y Ruiz. También alertaban sobre la posibilidad de que se desarrollase un «herri harresia», lo que a juicio de los ultras implicaría la comisión de delitos como «resistencia y desobediencia», «obstrucción a la justicia» o «enaltecimiento del terrorismo».
En el escrito remitido al tribunal especial, Dignidad y Justicia asegura querer evitar que las personas que participen en la marcha se «burlen de la justicia» realizando protestas como la como celebrada el pasado 8 de diciembre en el `Azoka' de Durango, cuando cientos de personas se disfrazaron con antifaces de color naranja impidiendo la identificación y detención de los jóvenes independentistas allí presentes. En su tono habitual, el colectivo de extrema derecha censuró el vídeo difundido en NAIZ en el que los jóvenes instaban a «continuar con la desobediencia y la lucha», argumentando que supuso «una humillación a las víctimas del terrorismo y un menosprecio a las instituciones del Estado». Por ello, pidió al juzgado de guardia que libre oficios a la Unidad Central de Inteligencia (UCI), al Servicio de Información de la Policía española, a la Guardia Civil y a la Ertzaintza «para evitar que se repitan estos hechos». GARA