Los familiares de Bizkaia y Araba partirán desde la Casilla; los de Gipuzkoa, Nafarroa e Ipar Euskal Herria, desde el Ayuntamiento. Les acompañarán los conductores de las furgonetas Mirentxin, que semana tras semana suavizan la distancia de la dispersión. Y, seguro, personas de toda Euskal Herria que se reunirán en Bilbo con la finalidad de que se solucione el problema de los presos y que se deje de vulnerar sistemáticamente sus derechos y los de sus seres queridos todos los días.

Las dos columnas se unirán en la Plaza Zabalburu, donde, mediante un sencillo acto, proponen iluminar y constatar que la sociedad lo tiene claro. Antes de comenzar la movilización, todas las personas reunidas tendrán en sus manos un soporte luminoso que lo alzarán en un momento concreto del acto.

La idea es pasar del yo al nosotros y formar una luz colectiva. Sare cree que así se logrará elevar una voz mucho más eficaz que cualquier grito más alto que podamos imaginar, y es por ello que han pensado que la marcha sea silenciosa, también sin pancartas, facilitando que se acerquen diversos sectores. Para que cada persona pueda «elegir su sitio y espacio con naturalidad y dotando de valor a lo que entre todas y todos vayamos a construir».

«Seamos pequeños rayos de luz en este camino que tenemos por hacer», invitaron los representantes de Sare en la presentación realizada ayer en Donostia. «Nadie está de más; al contrario. Necesitamos de todas y todos», incidieron.

A preguntas de los periodistas en relación al anuncio del PNV de que como partido no va a estar en la cita, Teresa Toda respondió que la de los presos es una cuestión de derechos humanos, una vulneración planificada y muy cruel a la que hay que mirar tal y como es, dejando a un lado colores políticos.

Urgencia clara y evidente

Teresa Toda, que estuvo acompañada de una representación de la diversidad de la red ciudadana Sare (Agus Gorbea, Beñat Gaztelumendi, Ramon Agirre, Mercedes Zulaika, Mireia Mochales, Pello Zabala, Jesus Viñaspre, Danele Sarriugarte y Maider Alustiza), expresó que es «una preocupación que nos afecta da todas y todos que se convierte en fundamental si lo que buscamos como sociedad es construir un escenario de paz sólido y duradero». La periodista añadió que solucionar el problema beneficia a todos.

Recordó el cruel 25 aniversario de la dispersión y dijo que no entienden que «los diferentes gobiernos no hagan más que poner obstáculos. No lo entendemos y no lo podemos aceptar. No podemos seguir esperando. Es legítimo que esta sociedad se emplee en favor de los derechos humanos», defendió. Para que la cita no se convierta en «una foto más», quieren convertirla en espacio para la aportación de cada persona para crear una red fuerte. «Así sí, sí que conseguiremos cambiar la situación».