Beñat ZALDUA BARCELONA
EL PROCESO SOBERANISTA CATALÁN

Se mantienen las preguntas, se agota el tiempo de las respuestas

El año ha empezado en Catalunya igual que acabó, con una zozobra en la que imperan la desconfianza entre Mas y Junqueras, la incertidumbre sobre un adelanto electoral y el nerviosismo de las bases soberanistas, cuyo enfado con los dos líderes empieza a ser palpable. No es para menos, el tiempo se agota y el proceso independentista amenaza con bloquearse, si bien aún queda margen para el acuerdo, tal y como aseguraron ayer los dos protagonistas.

Cuesta creerlo, pero menos de dos meses después de la histórica jornada del 9N, el proceso soberanista catalán amenaza con embarrancar. Todavía queda margen y tiempo para el acuerdo que desencalle la situación, pero las noticias aparecidas durante la autorecetada tregua navideña no parecen halagüeñas. Sin admitir la participación de otros actores políticos, el president, Artur Mas, y el líder de ERC, Oriol Junqueras, siguen enfrascados en su particular guerra de posiciones, más interesados en los últimos días en cargar la culpa del desacuerdo sobre el otro que en buscar efectivamente dicho acuerdo.

La dinámica de esta misma semana así lo muestra. El pasado lunes, tras la cuarta reunión bilateral, ERC filtró a la prensa que el president estaba dispuesto a renunciar a la lista unitaria a cambio de que la candidatura que él encabezase fuese la única que pudiese incorporar independientes de la sociedad civil. Es decir, vista la negativa del resto de protagonistas a la lista unitaria, Mas accedería a convocar elecciones con listas separadas, pero con la condición de que la suya fuese la única «Lista de País» que pudiese incorporar a independientes. ERC podría presentarse por su cuenta, pero renunciando a fichajes estrella, algo que Junqueras ve injusto. El lunes, por lo tanto, el malo era Mas.

En el turno de réplica, el president recordó ayer que esta última propuesta no es suya, sino que la presentaron las entidades soberanistas (ANC, Òmnium Cultural y Associació de Municipis per la Independència) «con la voluntad de ayudar a desbloquear estas dificultades internas». Se mostró además «atónito» porque «ahora que debería haber muchas menos dificultades internas, resulta que hay más que antes». «Nosotros hemos movido ficha», aseguró Mas, que añadió que «después de un mes de conversaciones y de intentar negociar una salida, ninguna de las propuestas que hay encima de la mesa han sido aceptadas por parte de nuestros interlocutores, en este caso por parte de la dirección de Esquerra». Ayer, por tanto, el malo era Junqueras.

Y consciente de ello, contraatacó con dos mensajes a través de las redes sociales. En el primero, voluntariosamente optimista, el líder de los republicanos aseguró que «estamos cerca del acuerdo para que el MHP (Muy Honorable President) convoque las elecciones que el país necesita y obtener así una mayoría independentista inapelable». En el segundo, dejó entrever que la cosa no será tan fácil, al tratar de expulsarse la etiqueta de inflexible que Mas había tratado de colocarle previamente: «ERC no pone ninguna condición sobre los independientes que vayan a las listas ni a los representantes de la sociedad civil que se quieran sumar».

Y es que nadie quiere quedar como el malo de la película, conscientes del peaje electoral que ello supondría. Aunque quien sufre la amenaza de pagar el peaje más caro es el propio proceso soberanista, frenado por el desacuerdo bilateral entre Mas y Junqueras. Conocedor del nerviosismo entre las bases soberanistas, ayer el president, que al fin al cabo es el único capaz de adelantar las elecciones o decidir agotar la legislatura, aseguró que «la voluntad y la determinación» para seguir adelante con el proceso «es total». De hecho, añadió que «el proceso nacional no se puede parar, y ahora hay que ir tomando decisio- nes», tras lo cual adelantó que la semana que viene explicará «qué salida tiene este proceso». «Espero poderlo hacer con un acuerdo con nuestros principales interlocutores, porque insisto en que el acuerdo es perfectamente posible», añadió.

El desenlace se conocerá en las próximas semanas. La fecha marcada en rojo en el calendario es el próximo martes, cuando Mas comparecerá ante los medios tras la reunión del Consell de Govern. En realidad margen hasta el día 27 para poder convocar las elecciones para el 22 de marzo, pero la semana del 19 los presupuestos del Govern serán tumbados en el Parlament -a no ser que haya acuerdo con ERC-, por lo que cabe suponer que la decisión final llegará en las próximas dos semanas.

¿Y el resto de actores?

Mientras Mas y Junqueras pugnan por presentar al adversario como culpable del desacuerdo, la óptica desde otros puntos de vista es diferente. Así, tanto la CUP como ICV-EUiA acusan a ambos de secuestrar el proceso y encerrarlo en sus despachos, dejando al resto al margen. A su vez, mientras ICV-EUiA sigue clamando en el desierto por una confluencia de las izquierdas que le evite ser engullido por Podemos, la CUP sigue adelante con su agenda y el sábado presentará en Barcelona la candidatura rupturista que trabaja junto a otras formaciones y colec- tivos.

En cuanto a las entidades soberanistas, después de haber presentado la opción intermedia a Mas y Junqueras, esta semana la ANC y Òmnium Cultural celebran reuniones cruciales, en las que analizarán las acciones a emprender en caso de que no haya acuerdo sobre el adelanto electoral. En cualquier caso, existen matices entre ambas entidades, ya que, mientras Òmnium no ve mal apoyar la lista de Mas, la ANC asegura que no podría decantarse por ninguna de las listas.

Un museo del Ejército al final del paseo de las Ramblas

Aprovechando la Pascua Militar celebrada el martes, el inspector general del Ejército español, Ricardo Álvarez-Espejo, anunció ayer el proyecto de abrir un Museo militar en Barcelona con el objetivo de que los catalanes puedan contemplar la contribución de Catalunya a la historia militar española.

Álvarez-Espejo anticipó ya como sede el edificio del Gobierno Militar de Barcelona, situado en un lugar inmejorable si de atraer a turistas se trata, ya que está al final del paseo de las Ramblas, justo delante del monumento a Cristobal Colón.

Pese al triste recuerdo que la capital catalana tiene del Ejército español, que ha bombardeado la ciudad siglo sí, siglo también -desde Felipe V en 1714, hasta Franco en 1938, pasando por Espartero en 1842-, el inspector general del Ejército español aseguró sin reparos que «la contribución de Catalunya a la historia militar española y su huella es tan importante que no debemos soslayar ni dejar al margen a la ciudadanía de Catalunya de poder contemplar tan singular patrimonio».

No son de la misma opinión las fuerzas políticas de obediencia catalana, que ayer rechazaron de plano el proyecto del Ejército para instalar el museo en la Ciudad Condal y recordaron el escaso éxito que tuvo un museo militar similar abierto por Franco en los años 60 en el Castillo de Montjuïc. Cerró en 2009.

El primero en rechazar el museo militar anunciado por Álvarez-Espejo fue el conseller de Industria, Felip Puig, seguido de la CUP, que mostró su oposición a través de las redes sociales.

El portavoz de ERC en el Congreso y candidato a la alcaldía, Alfred Bosch, apuntó que la ciudadanía preferiría que el Ejército cediese el edificio para ubicar una biblioteca, mientras que el líder de ICV-EUiA, Joan Herrera, aseguró que «no tiene sentido» hacer un museo sobre algo que «debería desaparecer». B. ZALDUA

Mayor presencia de la Generalitat en la UE

Tras la apertura de nuevas delegaciones en Roma y Viena, la Generalitat ha aprovechado este inicio de año para concretar la mayor presencia en Bruselas anunciada por el Govern a finales de año. Así, ayer confirmó a Amadeu Altafaj al frente de una nueva figura institucional, la de representante permanente de la Generalitat ante la Unión Europea, con el rango de Director General.

La creación de esta nueva figura encaja con el refuerzo de la política diplomática impulsada por el Govern y contemplada en el acuerdo de legislatura firmado por CiU y ERC en 2012.

Su principal objetivo, además de establecer contactos a nivel político y económico y presentar Catalunya como un país estable y fiable, será contrarrestar en el corazón de la Unión Europea la fuerte campaña antisoberanista impulsada por la diplomacia española, con el ministro José Manuel García-Margallo a la cabeza. Una diplomacia que no ha dudado en elaborar y difundir informes en contra del proceso independentista y que no tuvo reparos en llamar a consultas a los embajadores de los países bálticos después de que se mostrasen tímidamente favorables al derecho a decidir de los catalanes.

En este sentido, la designación de Altafaj no es casual, ya que el Govern llevaba tiempo intentando atraer a este periodista que conoce bien las entrañas de la maquinaria europea. No en vano, durante los últimos años el periodista ha sido primero portavoz y luego jefe adjunto del gabinete del vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn.

De hecho, como portavoz Amadeu Altafaj fue durante meses el encargado de exigir reformas y recetar austeridad como solución fallida a la crisis. B. ZALDUA