Beñat ZALDUA BARCELONA
EL PROCESO SOBERANISTA CATALÁN

Mas rechaza el paso adelante de ERC para facilitar el acuerdo

La negociación entre CDC y ERC para desencallar el proceso soberanista alcanzó ayer el esperpento. Los republicanos anunciaron por la tarde su disposición a que Mas confeccione una Lista de País con el apoyo de las entidades soberanistas y personalidades que se quieran sumar, aunque sin renunciar a fichar independientes a su lista. En vez de ver un paso adelante, el president acusó a Esquerra de querer imponer su modelo.

Declaraciones cruzadas, cartas filtradas, ruedas de prensa convocadas con media hora de antelación, artículos en periódicos y para acabar el día, un SMS supuestamente privado en la portada de todos los medios. Cuesta admitirlo, pero quien mejor definió ayer la negociación entre ERC y CDC sobre el proceso soberanista fue la exministra socialista Carme Chacón: «Esto es un vodevil». Pero vayamos por pasos, porque no es fácil entender cómo el titular del día en Catalunya pasó en cuestión de minutos del «principio de acuerdo» entre Mas y Junqueras, al «enroque» de las posiciones de cada uno.

Igual que en los últimos días, la iniciativa, a primera hora de la mañana, la llevó el president, Artur Mas, quien lanzó un dardo al líder de ERC, Oriol Junqueras, al asegurar que «no se puede abordar el futuro, la libertad y el estado propio con una mentalidad autonómica o regional». «Hace falta una nueva mentalidad, en vez de disputarse las migajas del poder autonómico», añadió, filtrando a continuación las tres propuestas que el president puso el día anterior encima de la mesa de Junqueras en forma de carta.

En resumen, Mas propuso tres salidas a la situación actual: elecciones en marzo con una lista unitaria del independentismo (su propuesta original), elecciones en otoño con listas separadas (con un borrador de Constitución catalana como paraguas común de las candidaturas independentistas) y elecciones con listas separadas pero una única Lista de País que permitiese a Mas conformar una candidatura transversal junto a independientes de la sociedad civil. Esta opción, propuesta por el presidente de la Associació de Municipis per la Independència (AMI), Josep Maria Vila d'Abadal, impediría en un principio que las candidaturas de ERC y de la CUP fichasen a independientes para sus listas.

Por la tarde llegó el turno de los republicanos, a los que urgía sacudirse la etiqueta de «inflexibles» que Mas y su entorno tratan de colocarles desde hace semanas. Para ello convocaron una rueda de prensa de urgencia en la que, sin Junqueras, pero con la presencia de pesos pesados del partido, la secretaria general de la formación, Marta Rovira, informó de que dan por buena «la propuesta de listas hecha por las entidades soberanistas, respetando la libertad y la independencia de las entidades y personalidades que se puedan ver afectadas». «Esta propuesta es adecuada porque permite que las elecciones sean en marzo como muy tarde, de acuerdo con el deseo y la posición expresada por las propias entidades, y con el sentir ampliamente mayoritario de la ciudadanía», añadió Rovira, que afirmó que su paso suponía «un acuerdo para celebrar una consulta definitiva sobre la independencia este mes de marzo».

La pregunta quedó en el aire: ¿Significa eso que ERC renuncia a incorporar independientes a su candidatura? Rovira no lo aclaró de forma explícita. Dio a entender que no renunciaban, aunque reiteró que están a favor de que Mas tenga «la mejor de las listas independentistas». «Los independientes no serán un problema para llegar a un acuerdo, no sufran», concluyó Rovira, sin especificar más ante las cámaras.

Fuera de los micrófonos, sin embargo, fuentes republicanas explicaban de forma más clara y comprensible la posición del partido: ERC no luchará con Mas por la captación de independientes y por el apoyo de las entidades soberanistas. Un ejemplo: si el president quiere sumar a su lista a las presidentas de la ANC y de Òmnium, Esquerra no pondrá ningún impedimento ni luchará por sumarlas a su candidatura (aunque ideológicamente sean más cercanas). Eso sí, los republicanos señalan que si alguna personalidad rechaza sumarse a la lista de Mas pero se muestra dispuesta a concurrir con ERC, no serán ellos quienes lo impidan. «Haremos la mejor lista posible», señaló Rovira.

Y cuando las redacciones preparaban ya las ediciones de hoy destacando el avance en las negociaciones entre ERC y CDC, el esperpento se desató en forma de SMS. Un mensaje de texto inacabable que Mas envió a última hora de ayer a Junqueras, para recriminarle el haber «tergiversado» la propuesta de las entidades soberanistas y el seguir «queriendo imponer» su modelo. Mas rechazó además que se pueda hablar todavía de ningún tipo de acuerdo. De hecho, instó a Junqueras a reunirse la semana que viene con él y con representantes de las entidades soberanistas.

Unas entidades (ANC y Òmnium) que, por voluntarismo o por ceguera, ayer emitieron un comunicado conjunto en el que se congratularon por «la voluntad de acuerdo que permitirá celebrar elecciones para votar la independencia antes de las elecciones municipales». Tras el 9N dijeron que no querían hacerlo de nuevo, pero para que dichas elecciones se celebren, a la sociedad civil le volverá a tocar hacer de «supernanny».