IBILIZ IBILI | JUAN MARI FELIU

El Puy Moné y las Torres de Sibirana

En el corazón de la comarca alta de Cinco Villas, se encuentra la población de Luesia, situada en el centro de una privilegiada zona montañosa en lo que se considera el prepirineo de Jacetania. Esta apartada zona se convirtió durante siglos en cruce de caminos desde la época romana y en devenir de los años, ha sobrevivido con agudeza a numerosas batallas con los musulmanes y entre los reinos vecinos. Testimonio silencioso del transcurso de la historia, que se ha escrito en sus murallas, templos, castillos, calles, plazas y un entorno natural bastante bien conservado.

Por este conjunto de atractivos y la novedad que representa un escenario poco conocido, volvemos una vez más a la comarca aragonesa de Cinco Villas, cercana de las tierras de Zangoza. En esta ocasión entraremos un poco más al interior de esta intrincada zona, al pueblo de Luesia, colgado en la montaña, como sus vecinos Sos, Uncastillo o Biel. La excursión se mueve en la cabecera del río Arba donde se encuentra el Puy Moné, una de las cumbres más altas de la zona, con 1.303 metros de altitud. Allí tendremos la ocasión además de ver una amplia panorámica sobre el intrincado relieve de la zona, el pozo de Pigalo en un recoleto rincón al derramarse en cascada sobre enormes charcas rodeadas de praderas y pinares. En este lugar, donde se encuentra un camping, se puede llegar por una pista que lleva al territorio navarro de Petilla, al espectacular castillo de Sibirana.

En Luesia, en la parte alta del casco antiguo se alza el castillo denominado por los musulmanes Hisn-Lwasa, que fue reconquistado por el rey navarro Sancho Garcés. A la muerte de Sancho el Mayor, a principios del siglo XIII pasó a manos de los monarcas aragoneses. Dentro del patrimonio que conserva Luesia cabe destacar las iglesias de San Salvador, San Esteban (s.XII) o la ermita de la Vírgen del Puyal (s.XIII).

El itinerario arranca del panel informativo situado en el aparcamiento del camping de Pigalo (810 m.) cruzando el camino forestal para ingresar en un vial paralelo que deja el pozo de Pigalo y las ruinas de un molino a la izquierda. Así llegaremos a un poste con indicadores de senderos, bajando por la pista que hemos traído desde Luesia con vistas al corral o refugio del Curro. Las marcas blancas y rojas del GR 1 en su etapa Biel-Sos se combinan con las blancas y verdes de Puy Moné para cruzar luego el cauce del río por un vado de cemento, dejaremos atrás un desvío a la derecha y siguiendo hacia arriba se alcanza la señal al refugio del Curro. Veremos en este tramo varios desvíos señalizados que hemos de obviar. Una vez en el Corral del Curro abandonamos las señales del GR1 que se dirigen hacia Petilla por el castillo de Sibirana subiendo por el pinar hasta salir al collado de las Trancas (940 m.) donde veremos la cumbre de Puy Moné. Una senda nos llevará al barranco de las Raíces, entre hayas y pinos hasta el punto más bajo donde hay una pasarela de madera (875 m.).

Saldremos a una pista con un quitamiedos de madera para continuar por senda a la loma de Josepín por la que trepa al principio entre el arbolado hasta salir del bosque en la loma rocosa que lleva a la cumbre, desde donde se obtienen bonitas vistas. El itinerario cruza algún tramo de boj y quejigo hasta salir a la pista que sube al Puy Moné. Señal a Pigalo (1h55). Aquí estamos en plena loma cimera, con la cumbre a la vista, coronada por la caseta-observatorio de incendios (1.303 m. - 2h10). Magniífico balcón de amplias panorámicas, principalmente sobre la vecina sierra de San Domingo, los altos de Sos y Petilla, la Bal d'Onsella, la sierra de Luesia y en la lejanía norteña la alargada sierra de Leire y el erizado perfil del Pirineo de Jacetania.

En el descenso podremos optar por pasar por el Pozo de Pigalo, si bajamos hasta el barranco de las Raíces donde hay que seguir una pista, tomando luego un desvío a la izquierda que pasa por la Fuente de Güértalo y pasar poco después bajo el corral del Curro. Del Pozo de Pigalo estaremos poco después en el aparcamiento. De regreso a Luesia, en el primer desvío de la pista que lleva a Petilla, a la derecha bajo la casa forestal podremos acceder por el fondo de un barranco boscoso, con algunos campos de labranza y praderas hasta las espectaculares Torres de Sibirana en 40 minutos. Como otros de la zona formaron parte del sistema defensivo del reino de Navarra (s.X-XIII).