Hacia el 14 de marzo
El día 14 de marzo puede ser un día importante para Navarra. El hecho de que, hasta ahora, 45 organizaciones de diverso talante hayamos consensuado un manifiesto conjunto y hayamos deci- dido expresarlo públicamente ante la sociedad en una que esperamos multitudinaria manifestación es una buena noticia.
Normal es en nuestra tierra la proliferación de movimientos sociales. Ante cualquier problema surge con rapidez una actitud de protesta que pronto se socializa y se hace movimiento social; un movimiento que se mantiene mientras dura el problema.
En lo que ya no somos tan duchos es en saber confluir; en no caer en la cuenta de que los problemas por muy diferentes que sean se deben a las mismas causas, tienen unos mismos responsables y las soluciones miran hacia una misma dirección.
También en nuestra historia constatamos que hemos sido contundentes a la hora de protestar pero remisos cuando de plantear alternativas se trata; pueda ser por un complejo de incapacidad, pueda ser por candidez creyendo que quienes son responsables de los problemas van a querer solucionarlos.
Son varias las tentativas que se han hecho para aglutinar en plataformas conjuntas las diversas organizaciones, pero la mayoría de ellas han pasado al olvido. Nos da que esta tentativa puede resultar. Se extiende el convencimiento de que es aquí donde nos jugamos los cuartos; cuanto más capacidad de decisión consigamos para Navarra, más fácil nos será intervenir en los debates y en la búsqueda de soluciones.
Es por ello que el 14 puede ser un día importante, si conseguimos que las quejas de tantas personas se hagan protesta conjunta en ese día.
Va a ser una manifestación rica en colorido, separada en diversos bloques atendiendo a las diversas reivindicaciones.
Apoyaremos al bloque de las personas jubiladas con un lema que aglutina, a nuestro parecer, toda nuestra problemática: «Una jubilación digna».
Gritaremos dignidad para las personas mayores, sobre todo mujeres, con 400 euros de pensión, mientras el despilfarro del dinero público no parece tener fin.
Y cuando nos falta tan pocos años de vida y la salud se convierte en el regalo más preciado, gritaremos dignidad contra las largas listas de espera, la desaparición de medicamentos de la lista de la Seguridad Social y el copago.
Dignidad también para tantas personas jubiladas dependientes que ven cómo sus derechos reconocidos en la Ley de dependencia se convierten en papel mojado, al recortar el dinero necesario.
Dignidad también en contra del «Consejo del Mayor», ese paripé de representatividad montado por las administraciones con la intención de tenernos tranquilos y contentas; una falacia de representatividad, donde además tienen prohibido hablar de los problemas que nos afectan.
Haremos causa común con los otros bloques de la manifestación donde se reivindicará pleno empleo y renta básica, respeto a la tierra, igualdad de género y un largo etcétera. Para las personas jubiladas sigue siendo una necesidad solidarizarnos con los problemas de quienes nos rodean.
Vendrán unas elecciones y luego otras, pero el antídoto más eficaz contra este mundo injusto será siempre el fortalecimiento de los movimientos sociales, su coordinación y la búsqueda de alternativas.