Un día nos despertaremos y seguirá el profesor dictando y la profesora corrigiendo las faltas de ortografía. Se ha creado en los últimos días un revuelo porque una redactora de los informativos de TVE ha denunciado que su superiora orgánica le pasó el argumentario del PP para que elaborara de acuerdo a ellos una noticia sobre un asunto de vital importancia política como era la comparecencia del jefe de la banda en la Audiencia Nacional. ¿A quién le sorprende? ¿No es así desde que las televisiones públicas depende de las mayorías parlamentarios de cada momento histórico en cada territorio?

Quizás lo único novedoso es que le entregue el documento concreto con los argumentarios de cada día y de cada tema que desde Génova se pasa a todos los cargos y a todos los tertulianos a sueldo directo o indirecto, columnistas y directores de medios afines que en ocasiones son los que aportan argumentos para redondear la estrategia política. Esa es la diferencia, la falta de control, la inmunidad con la que actuó esa superiora metida a dedo por la actual dirección de informativos, núcleo duro del pensamiento más reaccionario de la banda de Rajoy.

Lo  que se hace en diferentes fases de la elaboración de todo proceso de comunicación e informativo es ir decantando algunos argumentos que parecen propios pero que han sido insuflados desde el poder ejecutivo de cada momento. Desde la empresa que controla el medio, bancos y fondos buitres, más anunciantes de primer orden, especialmente las que nos sirven luz y gas. Es decir, meterse con estas empresas multinacionales es casi imposible porque si quitan la publicidad se hunden. Meterse con los gobiernos y gobernillos es malo, porque quitan la publicidad institucional de manera descarada y contra la ley.