Raimundo FITERO
DE REOJO

Todas las pinzas

Roba pinzas es una acusación cargada de intención descalificadora en un ambiente vecinal. Supongamos que la vida política está cogida con pinzas, una veces para colgarla y orearla y otras para taparse la nariz y poder seguir actuando como si el espejismo fuera realismo mágico. Pero han vuelto las pinzas, como sinónimo de pacto secreto. O dicho de otra manera más estrafalaria: a todos los creadores de argumentarios de todos los partidos les han aparecido las pinzas para intentar explicar lo inexplicable.

Me lo explico de esta manera, cuando no se sabe en qué dirección se debe ir o cuando en esa dirección elegida hay tantas bifurcaciones y enlaces que no acaban de convencer ni a propios ni a extraños, lo normal es echarle la culpa al empedrado. Y en estos momentos que se están dilucidando estrategias electorales un poco más ambiciosas que lo muy cercano y cutre, viene bien que lo que le sucede a tu enemigo principal y al secundario, si se emparentan, le quitas frases subordinadas en el discurso y abres una calificación subrogada de coincidencias, todo parece un juego de analogías simples.

Supongamos que lo de Milei no sea otra cosa que un efecto rebote de su chiflado egocentrismo, pero una vez hecho el destrozo público, ¿a quién ayuda en estos momentos? Unos dicen que es una pinza entre Vox y PSOE para hundir al PP. Otros que es una pinza PP-Vox, para entrar en la extrema derecha europea de manera mancomunada. Y los más burdos aseguran que va a ayudar al retorno del bipartidismo, porque la pinza es PP-PSOE para hundir a Vox. Los demás son roba pinzas.