El juez De Castro aprobaba ayer a través de un auto la libertad condicional de Iosu Uribetxebarria aunque decidió prolongar todavía más –al menos otros cinco días– la situación de incertidumbre en la que se encuentra el vecino de Arrasate, ya que, sorprendentemente, incluyó la acotación de que «la presente resolución no será ejecutiva hasta tanto gane firmeza».
Es decir, el juez decretó la libertad del prisionero vasco, pero no la ejecutará hasta que el auto sea firme.
Por tanto, no se hará efectiva, al menos, hasta que transcurra el plazo de «los cinco días siguientes a su notificación», plazo en el que las partes pueden presentar recurso de apelación.
Esta interpretación del apartado 5 de la disposición adicional 5ª de la Ley Orgánica 6/85 del Poder Judicial es «ilegal», según indicó ayer la abogada del preso, Arantza Aparicio. La letrada puntualizó que ese apartado indica que «el recurso tendrá efecto suspensivo» hasta que sea resuelto, pero que no otorga esa potestad a un auto como el dictado ayer por De Castro.
Por ello, la defensa ha presentado esta mañana un escrito contra esa parte del auto judicial exigiendo que la puesta en libertad sea inmediata.
Si no se presentara ningún recurso en el comentado plazo de cinco días, Uribetxebarria podría quedar en libertad de forma automática, a no ser que el juez se saque otra carta de la manga. Pero ayer ya se trasladaron a la Fiscalía las primeras presiones para que mantenga su posición, contraria inicialmente a la concesión de libertad condicional.
El preso, que continúa custodiado por la Ertzaintza en el Hospital Donostia, pedirá la aplicación del ‘habeas corpus’, para recobrar la libertad de forma inmediata.