El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha condenado por tercera vez al Estado español por no investigar una denuncia de torturas.
La primera vez que Estrasburgo sentó precedente fue el 28 de setiembre de 2010, con el caso del preso político donostiarra Mikel San Argimiro, que denunció torturas tras permanecer incomunicado durante cinco días en manos de la Guardia Civil.
En aquella ocasión el TEDH castigó a Madrid por el hecho de no investigar la denuncia y, como en el caso de Martxelo Otamendi, por violar el artículo número 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, debido a «la ausencia de una investigación efectiva» en el aspecto procedimental. Le impuso una sanción de 23.000 euros, a abonar a San Argimiro.
Seis meses después, en marzo de 2009, Estrasburgo volvió a fallar contra el Estado español, esta vez por obviar la denuncia de torturas de Aritz Beristain. La Corte de Estrasburgo determinó que la denuncia que planteó no fueron investigadas adecuadamente y condenó a Madrid a indemnizarle con 23.000 euros