El jefe de la delegación colombiana, el exvicepresidente Humberto de La Calle, ha asegurado que el Gobierno de Bogotá tendrán con las FARC conversaciones discretas, pero «no significa que vamos a trabajar de espaldas al país».
«Las conversaciones deben ser y serán discretas, esto no significa que vamos a trabajar de espaldas al país. Trabajaremos en función y de acuerdo a las necesidades de la mesa de negociaciones», ha delcarado De La Calle en rueda de prensa desde Oslo.
Ha enfatizado, en palabras recogidas por TeleSur, que los ciudadanos colombianos «pueden contribuir con propuestas, para que no sea una voluntad aislada».
Según el exvicepresidente de Colombia, en las negociaciones es importante «la confidencialidad, es esencial al desarrollo de la mesa. Pretendemos que las FARC expresen sus ideas, pero si se filtran los contenidos se entorpecerá el proceso».
«La situación es volátil, pero sabemos que si al final de la fase dos las conversaciones marchan en buen camino se moverá favorablemente», ha señalado.
Compromisos cumplidos
De la Calle ha explicado que estas negociaciones de paz son conversaciones directas e ininterrumpidas. «Las FARC han cumplido rigurosamente sus compromisos y el Gobierno también, pese a algunas complicaciones de logística».
«Esperamos que continúe así, como elemento esencial para una buena marcha de las conversaciones», ha agregado
Ha explicado que la estructura de las negociaciones está dividida en tres fases. Primero: un encuentro exploratorio que determina las condiciones necesarias para poner fin al conflicto.
Segundo: La instalación de una mesa de conversaciones para tratar la agenda de negociación, ha dicho. Y finalmente una tercera fase, en «la que se firmará el acuerdo final, con el que se dará inició al fin del conflicto» armado que vive Colombia desde hace casi cinco décadas.
Un proceso digno, realista y eficaz
Ha resaltado que este proceso de paz «se distingue por ser digno, realista y eficaz. No es instrumento para continuar el conflicto, ni es herramienta de propaganda».
Ha aclarado que el Gobierno «no es que tenga que estar de acuerdo con las ideas de las FARC y las FARC con las del Gobierno, pero las diferencias deben estar revestidas de seriedad (...) Tenemos que tener un trato digno, aunque no nos convensamos el uno al otro en nuestras ideas políticas».
«Nuestro propósito no es catequizar a nadie, si no convenir una agenda para poner fin al conflicto, sin acompañamiento de las armas, que las FARC tenga una fuerza política desarmada. Creemos que estamos en condiciones nuevas para lograrlo», ha manifestado el jefe de la delegación del Gobierno.
Junto a él, el equipo del gobierno está integrado por el comisionado de paz Sergio Jaramillo, el exministro Frank Pearl, el industrial Luis Carlos Villegas, y los generales en retiro Jorge Mora (Ejército) y Oscar Naranjo (Policía).
Tras el inicio de este proceso de paz en Oslo, Noruega, las negociaciones se trasladarán a La Habana, Cuba, donde continuarán por un período indefinido.