Durante una conferencia pronunciada en la Universidad de Granada sobre ‘La gestión del final de ETA’, el ministro ha dicho que «el final de ETA es una historia de vencedores y vencidos, de asesinos y víctimas, de terroristas y ciudadanos amenazados», al tiempo que ha insistido el que el Gobierno español «no negocia, ni ha negociado, ni negociará jamás» con ETA.
«Solo un necio puede pensar que la última página de ETA se escribirá con tinta de impunidad o de equidistancia», ha dicho el ministro antes de asegurar que las Fuerzas de Seguridad y la Justicia «no bajarán la guardia» hasta «localizar, detener y poner a disposición judicial a todos los integrantes y colaboradores de ETA».
Durante la conferencia, celebrada dentro un seminario organizado por la Fundación Luis Portero, el titular de Interior ha sido tajante: «Lo que nunca habrá en el fin de ETA es negociación, ni impunidad, ni equidistancia... El final de ETA es una historia de vencedores y vencidos, de asesinos y víctimas, de terroristas y ciudadanos amenazados».
En su opinión, «la historia del final de ETA es la historia de un triunfo: el de la ley y la democracia sobre la tiranía liberticida de las pistolas y de las ideologías fanáticas bañadas en sangre».
«Ante cualquier pretensión de impunidad», ha continuado el ministro, «el Gobierno perseverará en la defensa del Estado de derecho y en la aplicación de la ley».
Este es el primer pilar en los que, a juicio de Fernández Díaz, «debe sustentarse la gestión del final de ETA». El segundo, ha explicado, es la «difusión auténtica del relato de lo sucedido frente a cualquier equidistancia», ya que el Ejecutivo «no tolerará jamás una versión adulterada o sesgada del dolor causado por ETA año tras año».
Como tercer pilar, el ministro ha mencionado el «permanente reconocimiento y la obligada gratitud a las víctimas del terrorismo» para asegurar que «su sacrificio no ha sido en vano».
«Frente al terrorismo no hay mercadeo político, sino primacía de la ley», ha recalcado el ministro antes de subrayar la plena vigencia de la Ley de Partidos y la «necesidad de respetar los contornos definidos en la misma para poder participar en la contienda democrática».