«Tristemente puedo confirmar la muerte de un ciudadano británico, pero, por el momento, no puedo confirmar el número exacto de rehenes», ha declarado Hague en Sidney, según recoge una agencia de noticias australiana.
El ciudadano británico es uno de los dos extranjeros que murieron en el ataque contra una estación gasística, en el que otras seis personas resultaron heridas y se capturaron a un número indeterminado de rehenes que oscila entre las 20, que cita la agencia oficial argelina, y las 41 que reivindica el grupo islamista ‘Firmantes con Sangre’, presunto autor del ataque.
Además, el titular de exteriores británico ha pedido cautela a la hora de vincular el asalto sufrido en unas instalaciones de tratamiento de gas operadas por varias compañías, entre ellas British Petroleum (BP), con la situación de conflicto armado que sufre la vecina Mali tras la intervención francesa.
Varios medios han informado de que el ataque responde a la decisión de Argelia de permitir que el Ejército francés utilice su espacio aéreo para luchar contra los islamistas en Mali, país en el que las fuerzas galas llevan a cabo una intervención militar desde la semana pasada. .
«Generalmente las operaciones de este tipo se demoran más tiempo en planificar», ha declarado Hague tras dar un discurso en el Centro de Investigación Menzies en Sídney.
«Cualquiera sea la excusa que utilicen los terroristas, no hay razón» para justificar la ejecución «a sangre fría de gente que va a hacer negocios», ha agregado Hague.