«El proceso soberanista catalán es irreversible, no hay opción de pararlo»
Alcalde de Vic desde 2007 y presidente de la Associació de Municipis per la Independència, también fue diputado en el Parlament de Catalunya entre los años 2010 y 2012. En desacuerdo con la línea instaurada por Josep Antoni Duran i Lleida en el partido, abandonó Unió Democràtica de Catalunya en diciembre de 2012, para formar en junio del 2013 el Moviment Demòcrata Català. Ayer estuvo en Errenteria.
Josep María Vila d'Abadal, alcalde de Vic y presidente de la Associació de Municipis per la Independència, ofreció ayer una charla en Errenteria dentro de un ciclo de conferencias organizado por la plataforma local Batera Bai, relacionado con el derecho a decidir en Catalunya. Aprovechando la ocasión, GARA recabó su opinión sobre cuestiones clave en el proceso soberanista catalán, que se sigue con vivo interés en Euskal Herria.
¿Cómo definiría la situación actual del proceso soberanista en Catalunya?
Pienso que es un proceso claramente irreversible, esa sería la definición más acertada. Es un proceso que va avanzando hasta conseguir que sea un éxito, algo que ocurre cuando un pueblo, como el catalán, quiere determinarse como tal. A día de hoy, no hay opción de parar el camino que hemos emprendido.
Parecen existir diferencias entre Convergència y Unió a la hora de definir la pregunta que se realizará a la sociedad en el 2014. ¿Hasta que punto pueden afectar estas diferencias?
Llegará un momento en el que tendrán que definir claramente sus posiciones tanto Convergència como Uniò, de forma independiente, no como federación. Si hacemos la pregunta que hay que hacer, que es la que daría respuesta a la cuestión independencia sí o independencia no, creo que hay un matiz insuperable por parte de Uniò -con Duran i Lleida al frente- de superar esta pregunta y luchar por el sí. Por el contrario, si se puede matizar la pregunta con cuestiones intermediarias, Convergència sería quien no estaría a gusto. La cuestión es ver lo que hacen los socios de CiU y cómo se definen en el futuro.
Por lo que veo, usted aboga porque sea una única pregunta entre el sí y el no...
En estos momentos, Duran i Lleida está proponiendo un Estado catalán dentro de España, con plena soberanía, algo que dependería de la bondad del Estado español. Considero que esta opción es inviable. La única solución al conflicto entre Catalunya y España es dar el sí o el no al proyecto propio, a la independencia, al Estado catalán independiente.
Parece más que probable que el Estado español impedirá la consulta prevista inicialmente para 2014. ¿Cuál sería la posición que debería adoptar el conjunto de la ciudadanía catalana?
Si llegamos a ese extremo, tanto por los límites de las leyes españolas o a causa de leyes hechas en el Parlament de Catalunya, solo quedaría la opción de llamar a unas elecciones plebiscitarias. Ante este hecho, los partidos tendrán que decir claramente cuál va a ser su postura en el caso de que salieran ganadores en las mismas. Y si ya también se prohíbe esto, no sé lo que pasaría, pero sería llevar la cosa muy al límite.
¿Qué iniciativas cree que se pueden desarrollar desde el ámbito local para incidir en el proceso soberanista?
Nuestro trabajo se basa en dar recursos y apoyar todas las iniciativas que se desarrollan con el objetivo de impulsar la misma. En ese sentido, tenemos la voluntad de seguir y apoyar el movimiento social que es el reflejo de la voluntad del pueblo. Por otra, también se pueden liderar proyectos como la soberanía fiscal u otras más complejas que un municipio puede asumir.
Con el conocimiento que tiene usted de Euskal Herria, ¿cree que se puede poner en marcha un proceso como el catalán?
Pienso que la vasca y la catalana son realidades sociales muy diferentes, por lo que no se pueden comparar. Nosotros siempre hemos visto el proceso vasco como envidiable, pero no creo que sea comparable. Son dos caminos que estamos recorriendo juntos, al ser dos naciones sin Estado, con la simpatías mutuas lógicas que ello genera. Lo que si quisiera es que algún día se iniciara un proceso claro y transparente en Euskal Herria, que lo llevara a tener la plena soberanía.