La primera sesión del juicio contra Mohamed Morsi, en el que también son procesados otros catorce dirigentes de los Hermanos Musulmanes por su supuesta implicación en la muerte de manifestantes en diciembre pasado, ha durado apenas una hora. Según la televisión egipcia, la principal razón para suspender la sesión ha sido la negativa del expresidente a vestir el uniforme de acusado, como le pedía el juez. El juicio se reanudará el próximo 8 de enero.
El tribunal encargado de juzgarlos es la Corte Penal de El Cairo, presidida por el juez Ahmed Sabri, y el proceso se desarrolla en la Academia de la Policía por motivos de seguridad.
El depuesto presidente no reconoce la autoridad del tribunal, por lo que su equipo legal ha asistido a esta primera sesión solo como observador, pero no para defenderle.
Los jueces no han explicado a los letrados los motivos por los que se rechazaba su entrada en la corte.
A siete de los treinta miembros de este equipo legal se les ha impedido el acceso a la sala, informa Efe citando a un portavoz de los Hermanos Musulmanes, Islam Taufiq.
Durante el juicio, Morsi ha declarado que él es el único jefe de Estado legítimo del país y ha aprovechado para reclamar «el fin del régimen militar».
Tras la breve sesión, Morsi ha sido trasladado a la prisión de Burg al Arab, en Alejandría.
La Policía responde con gases lacrimógenos
La jornada ha estado marcada por enfrentamientos a las puertas del tribunal. La Policía egipcia ha lanzado gases lacrimógenos contra los cientos de partidarios de Morsi que se han agolpado a las puertas de la corte.
Un total de 20.000 efectivos de la Policía y las Fuerzas Armadas se han desplegado en los alrededores del tribunal.