El próximo jefe de la Ertzaintza, Jorge Aldekoa, es el nagusi de la comisaría de Bilbo y lo era el 5 de abril de 2012, cuando un pelotazo hirió de muerte a Iñigo Cabacas. Según el actual Gobierno, que lo ha ascendido a lo más alto de la cúpula policial, Aldekoa «no es el responsable» de lo ocurrido aquella noche. Esta afirmación no cuadra con lo que anteriores responsables de Interior y en concreto el entonces jefe de la Ertzaintza, Antonio Varela, afirmaron en el Parlamento autonómico, ya que lo señalaron abiertamente como uno de los dos «máximos responsables», asegurando además que había habido suerte de que fueran estos dos hombres con gran experiencia, y no otros, los que estaban al mando.
La elección de Jorge Aldekoa como nuevo jefe de la Ertzaintza está provocando reacciones encontradas dada su condición de máximo responsable policial el día que Iñigo Cabacas resultó herido mortalmente. Una actuación de la Ertzaintza que el propio PNV calificó de «inexplicable e intolerable» y causante de «la mayor crisis de confianza de la sociedad vasca en su policía».
«No ha sido citado por nadie»
La consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, fue entrevistada ayer en Radio Euskadi y desde esos micrófonos defendió la elección de Aldekoa para el cargo, señalando que «es una persona en principio con un gran reconocimiento en la Ertzaintza, con una gran experiencia», y «muy bien considerado dentro de la Ertzaintza». Como ejemplo de su valía puso que «no en vano está al frente de la comisaría de Bilbo, con más de 700 agentes».
Preguntada por su relación con la muerte de Iñigo Cabacas, la consejera se escudó en que «el caso está en sede judicial. Será la jueza quien tenga que decir qué es lo que hay y serán los tribunales los que tengan que aclarar este caso. Pero tengo que aclarar -enfatizó- que Jorge Aldekoa no ha sido llamado a declarar ni como testigo, ni por la jueza ni por la Fiscalía, ni por la acusación particular».
Al respecto, es preciso señalar que el proceso de instrucción está todavía abierto y ninguna de las partes descarta que, tras las declaraciones de los cuatro primeros agentes imputados previstas para los días 30 y 31 de enero, puedan activarse nuevas acusaciones y nuevas tomas de declaración.
Además, la jueza ha pedido, en su auto de 6 de noviembre, que la Ertzaintza especifique la cadena de mandos del día 5 de abril de 2012, especificando el carnet profesional de cada puesto y con indicación de sus competencias. La magistrada Ana Torres considera que «existe cierta confusión por las distintas denominaciones de los diversos mandos».
«Los máximos responsables»
Mientras el actual Gobierno pretende minimizar la intervención de Jorge Aldekoa en la actuación policial que mató a Iñigo Cabacas, y la limita a la preparación del dispositivo para todas las intervenciones previstas durante el día en Bilbo, el Gabinete anterior se refirió a él como uno de los máximos responsables.
El 12 de abril de 2012 comparecieron en el Parlamento el consejero de Interior, Rodolfo Ares, el viceconsejero de Seguridad, Alberto Buen, y el jefe de la Ertzaintza, Antonio Varela. Este último, en un momento de su intervención, afirmó: «En cuanto a quiénes eran los máximos responsables, aquí me van a permitir que diga una cosa, que no es falso corporativismo; creo que eran dos de los mejores profesionales que tenemos en la Ertzaintza, dos personas de una trayectoria muy importante, uno de ellos es el jefe de Bilbao, que acaba de ascender a intendente, es una persona que ha ocupado puestos de la máxima responsabilidad en la organización». Luego se refirió a su segundo y, al final, reiteró que «hemos tenido la suerte de que hayan sido dos grandes profesionales los que estaban al frente de este evento».
Dudas sobre la profesionalidad
Desde que se conoció la elección de Jorge Aldekoa para la Jefatura de la Ertzaintza, están surgiendo voces identificadas como altos cargos del anterior Departamento de Interior que ponen en cuestión la actuación del nagusi de Bilbo en el «caso Cabacas».
Responsables de aquella consejería han señalado a varios medios que Aldekoa tardó desde el jueves hasta el sábado en reconocer que se habían utilizado pelotas de goma y que enredó a los cargos políticos con datos como la aparición de una porra extensible en el lugar de los hechos.
Según aseguraba «El País» este sábado «en el entorno de Interior se planteó incluso destituir a Aldekoa», pero se descartó por motivos políticos, puesto que, estando próximo el fin del mandato de Patxi López, el cese «se hubiera entendido como una vendetta contra un nacionalista», en palabras de quienes conocieron de cerca lo ocurrido.
A Rodolfo Ares le preguntaron ayer en una rueda de prensa sobre el nombramiento de Aldekoa y respondió que desde que dejó el cargo en el Gobierno no ha hablado de las decisiones del Departamento de Seguridad. «Voy a seguir siendo muy respetuoso y prudente con las decisiones que se adopten y, en todo caso, ésta es una cuestión que está en manos de la Justicia y yo confío en la Justicia», concluyó.
La actual consejera, Estefanía Beltrán de Heredia, sí quiso dejar claro en su entrevista en Radio Euskadi que el ascenso de Jorge Aldekoa a la categoría de intendente se produjo en «la pasada legislatura».
Seguridad ve intereses ocultos en informar sobre los mandos
La consejera de Seguridad cuestionó ayer qué intereses ocultos puede haber tras algunas informaciones publicadas durante estos días, entre ellas la que ayer ofrecía GARA desvelando la identidad de dos mandos de aquel operativo policial, como la del número 3316, señalado públicamente como «Ugarteko». La repercusión que tuvo la audición de su frase «Entren con todo en el callejón» y la conmoción que causó, justifican sobradamente esta actuación informativa. «¿Qué intencionalidad hay detrás de todo esto? ¿Hacer daño a la Ertzaintza? ¿Hacer daño al Gobierno Vasco?», se preguntó Estefanía Beltrán de Heredia en Radio Euskadi. Incluso, fue más allá y se atrevió con un «¿hacer daño a la familia?». Y concluyó que «ya quisiera saber yo qué se busca detrás de esto, cuál es la intención última».
A preguntas del entrevistador, la consejera dijo no entender por qué el nombramiento de Jorge Aldekoa y su relación con el caso de Iñigo Cabacas era motivo de controversia política, y lo relacionó con las últimas informaciones publicadas. «Hoy nos hemos amanecido, bueno llevamos todo el fin de semana, pero hoy hemos amanecido con informaciones en dos medios de comunicación, ideológicamente opuestos, pero que hacen un relato de lo sucedido el fatídico día». Y añadió que es «un relato que entiendo que se basa en el sumario, que tengo que aclarar que sólo está a disposición de las partes». Obvió Beltrán de Heredia que también ha habido filtraciones que interesaban a los abogados del Gobierno que defienden a los agentes. Lamentó que se haya «señalado a personas que ni siquiera están imputadas ni llamadas a declarar».
Preguntada sobre la repercusión que pueda tener el hecho de que se hayan desvelado las identidades de dos mandos, la consejera afirmó que «la jueza tendrá que decir cuáles son las consecuencias. Es tiempo de la Justicia. La Justicia tiene que aclarar la situación y tomar las medidas en cada caso, según vayamos viendo como progresa este caso».
En cuanto a los nombramientos realizados para la nueva cúpula de la Ertzaintza, defendió que «son las personas adecuadas para los puestos. De eso no tengo ninguna duda». Así mismo, negó que en el Departamento de Seguridad haya un expediente que señale que el nuevo jefe de Tráfico fue cesado de un cargo anterior por falsificar un atestado para librarse de una multa. Pero no negó que llegara a ocurrir. I.I.
Falta de control y de revisión del material antidisturbios
Como adelantó GARA el pasado 21 de abril, en la comisaría de Bilbo no existe el registro preceptivo de la utilización del material antidisturbios la noche en la que dispararon contra Iñigo Cabacas. Los manuales de la Ertzaintza indican que debe registrarse qué escopeta y qué bolsa de pelotas, con su debida numeración, se entrega a cada agente. Y, al devolverlo, se debe dejar constancia de si se ha desprecintado la bolsa y el número de proyectiles que se ha utilizado, así como «cualquier incidencia surgida durante estas tareas». Sin embargo, en este caso no hay nada de eso.
De hecho, en su último auto, la juez Ana Torres deja aclarado que el agente con número de identificación profesional 08144, a quien señala como «encargado del búnker», ya declaró que «no se hizo tarea de reposición y precinto posterior de las bolsas de pelotas» y que «no queda registro de qué escopetas estaban usadas». Por ello, desestima diversas peticiones realizadas por la acusación particular. Según han señalado algunos medios, la falta de control en la armería de la comisaría de Bilbo que evidencia este caso sí es responsabilidad directa del «nagusi» de la misma, Jorge Aldekoa, y podría tener consecuencias en relación con la responsabilidad de la Administración en un futuro juicio.
Además, el diario «El Mundo» dio cuenta en su edición de ayer de que diversos informes solicitados por la juez en la investigación sobre la muerte de Iñigo Cabacas evidencian que las bocachas de las escopetas no habían sido revisadas desde 1995, que la última inspección de las pelotas se hizo en 1998 y la de los cartuchos, en 2008.
Esta información es de las que, según la consejera de Seguridad, pueden pretender «hacer daño a la Ertzaintza» o al Gobierno de Lakua.
Mientras, a preguntas de los periodistas en los pasillos del Parlamento de Gasteiz, el fiscal superior de la CAV, Juan Calparsoro, comentó que, a pesar de no ser «experto en tema de armamento», cree que, aunque se trate de pelotas de goma, las revisiones y el mantenimiento del material debe ser «prioritario» y «no se puede descuidar». «Es un aspecto policial en el que hay que tener especial cuidado», aseguró en sus declaraciones. I.I.