El país ha recibido la pérdida de Mandela con tristeza y pesadumbre, pero también como una oportunidad de celebrar su colosal legado.

Ese «duelo festivo» puede palparse en el antiguo gueto de Soweto, del que fue vecino el expresidente sudafricano, o en la casa del barrio de Houghton, también en Johannesburgo, en la que ha muerto a los 95 años.

«Este debe ser un momento para unirnos como país, como consiguió que hiciéramos Mandela», señala en Soweto Andy Coetzee, afrikáner, activista cultural y empresario del ocio que opera en Soweto.

Coetzee no esconde su ilusión ante lo que considera «una oportunidad para volver a acercarnos», y se pone «el primero» a disposición del empeño que en su día consiguió Mandela.

«Uniendo de nuevo a la nación», decía una colorida pancarta situada hoy en una valla de Oxford Road, cerca de la residencia de Madiba -como se conoce al expresidente en su país- en Houghton, Johannesburgo.

Frente a su casa, las flores y los mensajes de reconocimiento despiden con honores a la que quizá sea la figura histórica contemporánea más unánimemente admirada.

Convertido en un hospital hasta el momento de su muerte, su domicilio ha vivido una peregrinación masiva de sudafricanos de todas las razas, que han cantado el himno de Sudáfrica y han expresado duelo y aprecio en una armonía que difícilmente se habría logrado sin la personalidad de Madiba.

Mientras, las emotivas escenas de recuerdo se repetían en la calle de Vilakazi, en Soweto, frente a la que fue durante más de 15 años la casa de Mandela.

Cientos de miembros y simpatizantes de CNA, que un día lideró Madiba, cantaban y bailaban recordándole al ritmo de canciones de la lucha contra el apartheid en lenguas africanas.

Los preparativos para el funeral también comienzan. El presidente del Sudáfrica, Jacob Zuma, ha anunciado que el funeral de Estado se celebrará el domingo, 15 de diciembre, en la localidad de Qunu, donde Mandela creció y ha pedido ser enterrado.

Quedan para ese momento nueve días de luto oficial, en los que las banderas ondean a media asta en todo el territorio.

La gran despedida popular será sin embargo el 10 de diciembre, ante las 90.000 localidades del FNB Stadium de Soweto, donde tendrá lugar la misa oficial por Madiba.

Allí es donde ofreció un histórico discurso el 16 de diciembre de 1990 un recién liberado Nelson Mandela, tras pasar 27 años en las cárceles del apartheid y cuatro años antes de convertirse en el primer presidente negro de Sudáfrica.