El texto presentado por Gorka Maneiro (UPyD) solo ha contado con el apoyo de PP, mientras que el PSE se ha abstenido y PNV y EH Bildu han votado en contra. Estas dos fuerzas han unido sus votos para aprobar un texto de los jeltzales en el que se pone en valor la ponencia de paz y convivencia.
Maneiro ha acusado al PNV de «pretender silenciar» el Parlamento «censurando» este debate cuando «no censura los homenajes a etarras» y ha denunciado que la Mesa de la Cámara ha mantenido una actitud «arbitraria» al «retrasar» un debate que UPyD había calificado como urgente. «Quizá si este debate se hubiera celebrado antes, habríamos podido impedir determinados homenajes«, ha defendido.
El portavoz del PP Borja Sémper ha sido el único que le ha apoyado, reclamando al lehendakari que no haga «una gestión de tapadillo, avergonzada y temerosa en el seno de una ponencia sin transparencia, por miedo al enfado de la izquierda abertzale o por cálculos interesados que le impiden acordar en público con el PP y PSE, y en su defecto con UPyD».
Desde el PNV, Iñigo Iturrate ha reiterado que la postura de su partido es que este tipo de temas «necesitan de un ámbito protegido para poder avanzar, conseguir acuerdos y que esta sociedad pueda construir un futuro de bienestar», y ha defendido que ello no supone «sacarlos del Parlamento» porque la ponencia es parte de esta institución. «No tenemos que pasar una prueba de label democrático jueves tras jueves», ha indicado.
El parlamentario de EH Bildu Julen Arzuaga ha recordado que han salido recientemente en torno a 75 prisioneros y que sigue adelante una única denuncia en base a dos pancartas y tres cohetes, por lo que ha sido la propia Fiscalía la que ha «desautorizado» las denuncias. «No hay delito, no hay hechos, no hay debate», ha recalcado antes de acusar al PP de «prender el fuego por sus intereses y prioridades, azuzando la alarma de un hecho irreal».
El parlamentario del PSE Rodolfo Ares ha defendido que son los tribunales quienes deciden si hay algún tipo de delito, pero ha considerado que «es evidente que una parte de la sociedad manda a los presos de ETA el mensaje de que eso que hicieron estaba bien», y cree que es un «buen momento» para hacer «pedagogía democrática».