GARA

Opositores y chavistas exhiben sus fuerzas en las calles de Caracas

Cientos de miles de opositores y chavistas medían sus fuerzas ayer en sendas marchas a favor de la paz en Caracas y otras ciudades en una Venezuela convulsionada desde hace casi tres semanas por manifestaciones estudiantiles que han dejado nueve muertos y un centenar de heridos. «Venezuela no es Ucrania», manifestó Cilia Flores, cónyuge del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

En Caracas, al menos 50.000 opositores respondieron a la convocatoria de Henrique Capriles, llenando varias avenidas del municipio de Sucre, para exigir el desarme de grupos paramilitares y protestar por el deterioro económico. «Ya no aguantamos la situación del país. No es justo que siendo uno de los países más ricos del mundo no podamos ni conseguir comida, que nos maten a nosotros y a nuestros amigos y que cuando protestamos nos repriman», dijo a la agencia France Presse Joel Moreno, estudiante de 24 años, que viajó desde Barquisimeto (oeste) para participar en la marcha.

En el centro de la capital, bastión chavista, también decenas de miles de personas vestidas de rojo y blanco y con flores en las manos protagonizaron una «marcha de mujeres por la paz y por la vida», denunciando la violencia y los destrozos causados en el marco de las protestas estudiantiles, que el gobierno de Nicolás Maduro califica de «golpe de estado en desarrollo».

«Venezuela es un país de paz y no pueden venir a transformar lo que es. ¿Por qué vienen estos estudiantes? Somos gente de paz. Esperamos que todo se normalice. Que dejen gobernar a este presidente, que fue electo democráticamente», explicó Josefina Lisset, de 54 años, estudiante universitaria gracias a un programa social.

Aunque ambas marchas tenían lugar en zonas opuestas de Caracas, la posibilidad de que confluyesen en algún punto de la geografía levantaba las alarmas en un país altamente polarizado y que tiene muy presente los días de abril de 2002, cuando una manifestación opositora hacia el Palacio de Miraflores derivó en un breve golpe de Estado contra el entonces presidente Hugo Chávez.

Liderazgo de Capriles

Con su convocatoria a esta marcha, Capriles volvía a colocarse a la cabeza visible de la oposición, después de que en los últimos días el protagonismo estuviera dominado por la Mesa de Unidad Democrática, cuyos dirigentes promueven la estrategia de ocupar las calles para conseguir, bajo la consigna de «La salida», un cambio de gobierno. «Este gobierno es un error en la historia, pero nosotros no podemos salir de este error para incurrir en otro error. Tenemos que construir una fuerza tan grande que sea capaz de convocar a los que se ponen la franela roja (chavistas)», aseguró Capriles.

«Algunos sectores radicales de la oposición había puesto en entredicho el liderzgo de Capriles, lo consideraban quizá débil por no apoyar las marchas que promovían `La salida', pero hoy queda demostrado que el liderazgo de Capriles sigue en pie», explicó a la AFP el analista político Angel Oropoeza, profesor en la Universidad Simón Bolvívar (USB). Una de las cabezas visibles del ala radical es Leopoldo López, quien se encuentra en una prisión militar desde hace seis días acusado de varios cargos de incitación a la violencia.

Las protestas, que iniciaron el 4 de febrero estudiantes de San Cristóbal (oeste) ante la inseguridad que golpea al país, se extendieron a otros puntos de Venezuela y se sumaron consignas contra la crisis económica, la inflación, el cese a la represión policial y la liberación de detenidos tras las protestas. Según cifras oficiales, los disturbios que se viven a diario en varias ciudades del país han dejado nueve muertos: cinco por herida de bala, tres en accidentes vehiculares durante las protestas y de la novena se desconocen las circunstancias.

Aunque con menor intensidad, las protestas continuaron el pasado viernes en Caracas y otras localidades como San Cristóbal, que ayer vivió una jornada de relativa calma solamente con bloqueos en las principales avenidas.

Maduro tacha de «arrogantes e injerencistas» las palabras de Kerry

«Acabo de leer declaraciones recientes de John Kerry arrogantes, injerencistas e insolentes que confirman los términos de la amenaza que denuncié», expresó ayer Maduro en Twitter. Ignorando la invitación al diálogo que Maduro había hecho previamente a su homólogo estadounidense, Barack Obama, el secretario de Estado del Gobierno de Washington pidió en un comunicado que el Ejecutivo de Venezuela «cese en su intento de reprimir a los disidentes a través de la fuerza y que respete los derechos humanos básicos». John Kerry también sostuvo que el Gobierno de Maduro «debe liberar a los opositores encarcelados» y repitió que «es inaceptable» e incrementará «las probabilidades de más violencia» la decisión que le achacó de «usar la fuerza» y «la intimidación judicial contra las personas que están ejerciendo su legítimo derecho a protestar».

El presidente Maduro consideró que con esas declaraciones el estadounidense Kerry no solo «amenaza a Venezuela con más violencia», sino que, además, «da luz verde a los grupos violentos para atacar a nuestro pueblo». «Que sepa el Imperio brutal e insolente que los seguiremos derrotando con la fuerza de nuestro pueblo, que es la Fuerza de Bolívar y Chávez», remarcó. Horas antes de que Kerry difundiera su comunicado Maduro había convocado a Obama en una rueda de prensa «a un diálogo entre la Venezuela patriota y revolucionaria y los Estados Unidos y su Gobierno. Acepte el reto, vamos a iniciar un diálogo de altura y pongamos sobre la mesa la verdad», ofreció. GARA