El MOU («Memorandum of Understanding» en inglés; en español, «Memorando de Entendimiento») parece haberse convertido en el eje justificativo del actual proyecto de diluir el capital de Kutxabank.
Recordemos que, frente a la justificación inicial de diluir el capital «para crear un gran banco», ahora se insiste en que «no tenemos más remedio». Este concepto de «no tener más remedio» se relaciona con el MOU que, supuestamente, tendría como consecuencia «que Europa nos obliga a incorporar accionistas privados al capital de Kutxabank».
Una vez más, nos vemos obligados a afirmar que esto es rigurosamente falso.
En primer lugar, no hay ninguna ley ni norma europea que nos obligue a privatizar Kutxabank. Como no las hay contra las cajas de ahorros. Ni puede haberlas porque, como sabemos, las cajas de ahorro son una figura asentada y respetada en el conjunto de Europa. El MOU no es ninguna norma europea, sino un «acuerdo» entre el Eurogrupo y el Gobierno español. Los criterios que en el mismo se incluyen no son en ningún caso criterios europeos, sino criterios pactados. Algunos propuestos por una parte y otros, por la otra.
El MOU no cuestiona en ningún caso el modelo de cajas de ahorros. No tendría sentido. Al contrario, el MOU sí cuestiona el modelo de bancarización seguido por Kutxabank.
El texto clave al respecto es el siguiente: «Las autoridades españolas prepararán para finales de noviembre de 2012 normas que aclaren la función de las cajas de ahorro en su calidad de accionistas de entidades de crédito, para, en último término, reducir su participación en las mismas hasta un nivel no mayoritario».
Es esencial aclarar que se trata de un contexto obligado exclusivamente «para quien decida permanecer dentro del mismo». Esto es, la primera opción, la más clara, es salirse del contexto de «cajas de ahorro bancarizadas». Hemos tenido casi dos años para hacerlo desde la firma del MOU. Y no se ha hecho ni se ha intentado porque, evidentemente, no había ninguna voluntad política de evitar el sometimiento a esta cláusula del MOU.
Al contrario, con base en este pretexto, la Presidencia de Kutxabank plantea abrir progresivamente el capital a accionistas privados hasta un 70% del total, «manteniendo el control con el restante 30%».
La primera cuestión a tener en cuenta, esencial, es que nada dice el texto del MOU sobre que los accionistas que se incorporen tengan que ser privados. Esto quiere decir que es perfectamente posible, a través de la cesión de acciones a los actuales titulares de las cajas, llegar a una composición institucional sensiblemente similar a la actual sin mayores problemas, o incluir entre el accionariado a la Comunidad Autónoma Vasca, los territorios históricos, los municipios, etc.
Por otro lado, la interpretación del presidente de Kutxabank usa la versión española del MOU, que, recordemos, no es la oficial. El texto negociado y válido es el texto en inglés, que incorpora una diferencia sustancial.
La traducción española no oficial dice: «Las autoridades españolas prepararán para finales de noviembre de 2012 normas que aclaren la función de las cajas de ahorro en su calidad de accionistas de entidades de crédito, para, en último término, reducir su participación en las mismas hasta un nivel no mayoritario».
Entretanto, la versión oficial en inglés establece: «The Spanish authorities will prepare by end-November 2012 legislation clarifying the role of savings banks in their capacity as shareholders of credit institutions with a view to eventually reducing their stakes to non-controlling levels».
Es decir, donde la traducción española dice «hasta un nivel no mayoritario», la versión oficial dice «to non-controlling levels». Es decir, ni el 50% ni el 30% que propone la Presidencia de Kutxabank, ni el 20 ni el 10. En último término, «las cajas bancarizadas no podrán controlar el banco». Este es el contexto en el que pretende situarse la Presidencia de Kutxabank. Si utilizamos el texto del MOU como marco de referencia, el propio texto nos dice a dónde pretende llevarnos.
En definitiva, no hay ninguna norma ni acuerdo europeo que nos obligue a incorporar accionistas privados a Kutxabank o que cuestione el modelo de cajas de ahorros.
El Memorando de Entendimiento no es más que un acuerdo pactado entre el Gobierno español y el Eurogrupo.
El MOU no cuestiona en absoluto el modelo de cajas de ahorros.
Al contrario, el MOU cuestiona el modelo de bancarización de las cajas de ahorros.
El criterio del MOU solo obliga a las cajas que decidan mantenerse dentro de ese modelo de bancarización.
De acuerdo con la versión oficial del MOU, el proyecto de la Presidencia de Kutxabank nos llevaría finalmente a un contexto en el que las cajas ni siquiera podrían mantener el 30% de control que se plantea. Estarían obligadas a renunciar al control.
Sin embargo, el MOU nada dice sobre que el reparto del capital deba incluir a accionistas «privados». Incluso dentro del marco del MOU, es perfectamente posible mantener la configuración institucional actual de Kutxabank mediante la cesión de acciones a entidades públicas -o a depositantes y trabajadores-, con un reparto final de la capacidad de decisión equivalente al actual.

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