Arantxa MANTEROLA

Batalla de corsarios en plena campaña

La campaña electoral en las localidades de la bahía lohizundarra, desde luego, no está siendo tediosa.

Anteayer los portales digitales de la candidatura socialista de Ziburu fueron pirateados y publicaron una supuesta carta del cabeza de lista Henri Duhaldeborde en la que anunciaba su retirada como candidato debido a «disensiones internas». El antiguo prefecto y otros miembros de su lista desmentían enseguida tal extremo y confirmaban que seguía siendo candidato.

Unos días antes, los carteles electorales de la candidatura abertzale aparecían con pintadas con una gran cruz en guisa de tachado sobre la foto y al pie de la misma la inscripción «E.T.A.». Ziburu Bizi denunció tanto el ataque a la lista socialista como los que están perpetrándose contra la suya propia (pancartas y soportes informativos destrozados, pintadas...) que atribuía al «nerviosismo» e «incomodidad» que «provoca en algunos decir la verdad».

A ello se añade la pelea cuasifamiliar que están librando los primos Guy Poulou (actual alcalde UMP) y Michel Poulou (exalcalde de similar tendencia), ambos compitiendo por el sillón de primer edil.

Para remate, ayer saltaba la noticia de los registros del domicilio de Michèle Alliot-Marie y del de su padre Bernard Marie. Por primera vez desde hace 31 años, la que estuviese a la cabeza de varios ministerios importantes y fuese durante largos años alcaldesa UMP de Donibane Lohizune (teniente alcalde en la actualidad), no está presente en la contienda electoral municipal.

Sí lo estará, sin embargo en las europeas ya que logró que su partido la colocase como cabeza de lista en la región del Grand Sud-Ouest aunque para ello tuvo que reconducir sus previsiones. Así, el actual eurodiputado Alain Lamassoure que, en principio, iba a volver a presentarse en la misma circunscripción, liderará en mayo la lista de Ile d France (región parisina).

Aunque la noticia de ayer no tiene nada que ver con los comicios municipales, es obvio que el hecho de que caiga en plena campaña añade otra nota de convulsión a la misma. Lo dicho, en las ciudades corsarias el ambiente electoral no es, precisamente, de sosiego.