
Unas 800.000 personas, según la ONU, murieron en el genocidio de 1994, la mayoría de la etnia tutsi, atacada por sus vecinos hutus, que blandieron el machete como principal arma de exterminio.
En los casi tres meses que duró ese baño de sangre, Rusesabagina, de 59 años, trabajó como gerente del Hotel Des Milles Collines en Kigali, donde se refugiaron 1.268 personas a las que libró de la muerte gracias al «poder de las palabras», según confiesa en una entrevista concedida a Efe hecha mediante un cuestionario remitido por escrito.
Detractor del polémico presidente de Ruanda, Paul Kagame, Rusesabagina -un hutu casado con una tutsi- vive actualmente exiliado entre Bélgica y EEUU, donde ha creado una fundación que promueve la reconciliación para evitar futuros genocidios.
El exgerente, encarnado en la película por el actor estadounidense Don Cheadle, lamenta no poder asistir este lunes en la capital ruandesa a la conmemoración oficial del vigésimo aniversario de la masacre, que presidirá Kagame.
Se muestra muy crítico con el actual Gobierno ruandés. «No hay ni poder compartido ni espacio político. Los periodistas y los activistas pro derechos humanos son encarcelados y asesinados. Creo que (Kagame) se ha convertido en un dictador millonario a quien le importa su propia fortuna, no los ruandeses», denuncia.
Dos décadas después del genocidio, en Ruanda existe el denominado Proceso de Justicia y Reconciliación, sobre el que Rusesabagina se muestra escéptico. «No es un proceso de reconciliación verdadero e imparcial. Está controlado por el Gobierno, no por el pueblo ruandés. Por eso, la Fundación Hotel Ruanda Rusesabagina aboga por un Proceso de la Verdad y la Reconciliación aprobado internacionalmente que pueda llevar a todos los ruandeses a una mesa de diálogo para hablar del genocidio, reconciliarse y practicar una justicia equitativa, no la justicia de los vencedores».
Rusesabagina salvó la vida de más de 1.200 personas a las que cobijó en el Hotel Des Milles Collines y muchos le consideran un héroe, aunque él no se considera como tal. «No soy más que un hombre corriente que escuchó a su conciencia. Recuerdo que intentamos sobrevivir día a día. No sabíamos cuánto tiempo iba a durar el genocidio. Quería mantener vivos a mi familia y a las personas que buscaron refugio en el hotel. Me enorgullece que el Hotel Des Mille Collines fuera el único lugar público de Ruanda en el que nadie murió o resultó herido durante el genocidio», explica.
Añade que utilizó «el poder de las palabras» para mediar con los soldado. «Negocié con ellos. Hablaba de lo que necesitaban y querían. Intentaba ofrecerles algo que les dejase satisfechos, a fin de que permaneciesen fuera del hotel».
Sus vivencias durante aquella matanza fueron la fuente de inspiración de la película ‘Hotel Rwanda’, mundialmente conocida por su estremecedor relato. «Creo que el filme constituye una buena narración de un pequeño fragmento (del genocidio). La película relata los hechos, pero con cierto sabor a Hollywood. En la vida real, hubo mucha más violencia. Don Cheadle trabajó muy duro para informarse sobre mí. Él aprendió incluso mis malos modales».

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