El autor material de los disparos contra Yolanda González, el exmilitante de Fuerza Nueva Emilio Hellín Moro, colaboró con la Guardia Civil a través de 15 contratos por los que llegó a facturar un total de 140.000 euros entre los años 2006 y 2011, durante la administración del PSOE, según informa Europa Press citando fuentes del Ministerio de Interior.
La relación fue siempre con la Guardia Civil mientras que con la Policía española participó en un seminario en el que también colaboraban otros miembros del cuerpo, pero que estaba organizado por una empresa privada, siempre según las mismas fuentes.
Los 140.000 euros que facturó entre 2006 y 2011 fueron a través de tres empresas.
Hellín trabaja en la actualidad para los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado en casos judicializados y forma a sus agentes en técnicas forenses de espionaje y rastreo informático, según informó en su día ‘El País’, que reveló que se había cambiado el nombre por Luis Enrique.
Con la identidad variada, es uno de los principales asesores del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, participa en investigaciones judicializadas sobre «terrorismo» y delincuencia, imparte cursos de formación a agentes de este cuerpo, del Cuerpo Naconal de Policía, el Ministerio de Defensa, Ertzaintza y Mossos d’Esquadra, da conferencias a miembros de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado en organismos oficiales y cobra por sus servicios del Ministerio del Interior.
La oposición pide la comparecencia de Fernández Díaz
El Grupo Socialista, junto a la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), CiU, PNV, Amaiur, ERC y BNG han solicitado la comparecencia en el Pleno del Congreso del ministro español de Interior, Jorge Fernández Díaz, para que explique las actuaciones que ha llevado a cabo o está llevando a cabo para esclarecer los hechos.
Yolanda González fue secuestrada, torturada y muerta a tiros por ser vasca y de izquierdas el 1 de febrero de 1980 en Madrid, en una acción reivindicada por el Batallón Vasco Español.
Hellín Moro cumplió solo una pequeña parte de los 43 años a los que fue condenado. Ya en 1987, siete años después de la muerte de Yolanda y pese a haber protagonizado ya una fuga, le fue concidido un permiso penitenciario, que aprovechó para volver a escaparse, esta vez a Paraguay, donde trabajó para los servicios militates y policiales. Fue detenido por la Interpol y devuelto al Estado español en 1990.