La vicealcaldesa de Wunstorf, Birgit Mares, quedó impresionada con una exposión de Hubert Brieden en la que, hace unos años, se detallaba la relación que la base aérea de su localidad tenía con el bombardeo de Gernika. Recordó, además, que en noviembre del año pasado el coro de Gernika ofreció un concierto en Wunstorf. Todo ello hizo que algo se moviera en su conciencia, algo que le decía que «no podemos seguir negando ni callando la responsabilidad que tiene nuestro pueblo con lo que ocurrió en Gernika».

Birgit Mares, que se declara profundamente impactada con lo que está viviendo durante estos días, impulsa un debate sobre la cuestión en su ciudad y admite que está siendo controvertido. La vicealcaldesa explica que su objetivo consiste en agitar conciencias y abrir los ojos a aquellos que siguen negando lo innegable 77 años después. Tiene en mente algunas iniciativas con las que pretende mostrar su solidaridad a Gernika. Por ejemplo, explica que trabaja para cambiar de nombre a tres calles de Wunstorf que hoy en día llevan nombres de militares nazis. Pero para ello es consciente de que necesita una mayoría en su Ayuntamiento de la que hoy en día no dispone.

Añade a GARA que también tiene en proyecto que una delegación de Gernika sea recibida de manera oficial en su localidad, tal y como ayer fue agasajada la comitiva alemana en el Ayuntamiento de la localidad vizcaina. Pero el sueño de Birgit Mares como vicealcaldesa de Wunstorf es, sobre todo, encaminar un hermanamiento con Gernika. Aunque, como en el caso anterior, la responsable municipal es consciente de que mientras no cambien las mayorías municipales resultará imposible.