«El hecho de que Rusia no haya usado su influencia para impedir el referendo, después de que el presidente Putin considerara que el voto no debía celebrarse ese día, es decepcionante», ha declarado Carney.
El portavoz ha denunciado que, a juicio de la Casa Blanca, la consulta estuvo plagada de irregularidades, y ha citado hechos como papeletas marcadas previamente, la publicación de resultados antes de finalizar el recuento o de niños depositando votos.
Carney ha criticado asimismo que los medios de comunicación estatales rusos den legitimidad a los resultados favorables a la independencia. «Eso sugiere que no ha habido cambios significativos en la actitud de Rusia ante los esfuerzos separatistas en Ucrania que están alimentando el caos e intentan evitar que se lleven a cabo elecciones nacionales el 25 de mayo», ha criticado.