Nuclenor debería invertir más de 150 millones de euros para poder reabrir Garoña. Según los datos aportados por Ecologistas en Acción, la empresa, participada al 50% por Endesa e Iberdrola, tendría que acometer las reparaciones derivadas de las inspecciones de 2009, cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero le concedió una prórroga de cuatro años, y solucionar los problemas advertidos en las pruebas de estrés, realizadas tras el accidente de Fukushima, antes de conectar a la red eléctrica el reactor, parado desde diciembre de 2012.
Además, la compañía tendría que construir una torre de refrigeración para cumplir las condiciones de la Conferencia Hidrográfica del Ebro. Sin olvidar la necesidad de solucionar los problemas de corrosión advertidos en el circuito primario de la planta y cambiar los sistemas de seguridad. A este respecto, conviene recordar que Garoña, también conocida con el sobrenombre de la «central de las mil grietas», inició su actividad el 2 de marzo de 1971, hace 43 años.
Estas obligaciones, a las que se suma la construcción de un almacén temporal individualizado (ATI) para albergar el combustible nuclear gastado, suponen un handicap para Nuclenor, que en su próximo consejo de administración deberá decidir si solicita una nueva licencia de explotación de diez años al Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Una petición, adelantada este lunes por el presidente de Endesa, Borja Pardo, que deberá ser ratificada por el Consejo de Seguridad Nuclear.
Reacciones discrepantes
Las declaraciones del responsable de la compañía eléctrica pusieron de manifiesto las diferencias existentes entre los agentes políticos de Castilla y León y los de Hego Euskal Herria. Así, mientras en Valladolid el Gobierno de Juan Vicente Herrera aplaudió las palabras de Pardo e instó a Nuclenor a solicitar «ya» la reapertura, en los herrialdes vascos se sucedieron las los mensajes en contra de la reapertura de una planta «obsoleta».
Desde la sede de Lehendakaritza, el portavoz de Lakua, Josu Erkoreka, reiteró que el Gabinete jeltzale está «absolutamente en contra» de la posible reapertura. «Siguen estando vigentes los motivos de obsolescencia y seguridad que aconsejaban en el pasado, y siguen aconsejando ahora, el cierre de la central», destacó tras señalar que la planta ya ha agotado su vida útil.
Por su parte, el portavoz del grupo juntero de EH Bildu, Gorka Ortiz de Guinea, se preguntó dónde ha estado el diputado general de Araba, Javier de Andrés, mientras el PP y las empresas eléctricas negociaban la continuidad de Garoña. «O no le han llamado o ha decidido acatar sin contemplaciones lo que le ordenan Soria y Rajoy», apostilló tras anunciar que preguntará al respecto en el próximo pleno de control de las Juntas alavesas.
La coalición soberanista registró ayer una moción contra la reapertura de la central nuclear en el Parlamento de Nafarroa.
El secretario general del PSE en Araba, Txarli Prieto, propuso que la Cámara de Gasteiz se pronuncie «de forma urgente» contra la posible concesión de la nueva licencia. Ezker Anitza afirmó que la concesión de una prórroga sería es un «atentado contra la seguridad» y, en la misma línea, ELA acusó al PP de «anteponer los intereses de las grandes eléctricas a la seguridad de las personas».