Ramón Sola
Donostia

Gafas de lejos para no ver cerca

Las europeas han dejado tantas sorpresas a todos los niveles que ayer muchos, políticos y medios, ni siquiera vieron opción de hacer los tradicionales malabares con los números y pasaron directamente a otro juego: desviar la atención usando las gafas de lejos para evitar ver lo de cerca. También los hubo que, cegados por el brillo de lo imprevisto, forzaron la lente tanto que acabaron distorsionando la realidad.

Sabido es que tras cualquier cita electoral todos ganan, o al menos intentan no perder. Y las europeas tienen una ventaja que no brindan otras: ofrecen tantos niveles de lectura de resultados (el comunitario, el estatal, el autonómico, el provincial y el municipal) que cada cual puede escoger el que más le conviene. Así que el juego de las lentes ha sido el más socorrido tras el escrutinio del domingo noche, tanto para los medios como para los políticos que no han quedado satisfechos con el resultado.

Así, sorprendía comprobar que los diarios vascos hegemónicos en sus territorios decidían esta vez poner el foco lejos de casa. De modo muy llamativo, en ``El Correo'', ``El Diario Vasco'' y ``Diario de Navarra'' lo de menos esta vez era el resultado en los territorios que son su monocultivo informativo. Especialmente extraño fue el caso del rotativo guipuzcoano, en cuyo titular principal se prefería destacar que «el PNV gana en Euskadi» a que «EH Bildu gana en Gipuzkoa». Para encontrar este dato principal había que irse hasta la página 28, una par (la impar, más leída, se dejaba esta vez para Nafarroa).

``Diario de Navarra'' también recurría a mirar lejos, al conjunto del Estado. La información de Nafarroa quedaba ubicada detrás de la del conjunto de Europa e incluso de la de Catalunya. Y en distintos artículos intentaba quitar importancia al auge de EH Bildu porque «el mérito se ha debido más a la caída libre del PSN». Aunque «es bueno aprovechar para sacar lecciones», alertaba el editorial.

Los políticos derrotados lógicamente no iban a ser menos que los periodistas. El PP tenía escasas opciones de camuflar este nuevo descalabro en Euskal Herria, así que lanzó pelotas fuera, hacia Madrid, a través de la número dos de Quiroga, Nerea Llanos. Tiró del mismo argumentario que Cospedal o Arias Cañete para alegar que solo en el Estado español y en Alemania los partidos de gobierno han vencido estas elecciones, y así se evitó explicar realidades como los minúsculos 18.000 votos del PP en Gipuzkoa, apenas 3.000 más que Podemos.

Más autocrítica parecía destilar Ramón Gómez Ugalde, portavoz del PP en Donostia, en un artículo en su blog, pero en realidad el truco volvía a ser el mismo: señalar a un punto lejano. Criticó Gómez que el partido se escude en la comparación con la CDU de Merkel, pero luego culpó al empedrado: «Los ciudadanos han hablado de forma muy clara. Nos han dicho a quienes nos dedicamos a la política que están cansados de las mismas formas, de tanta prepotencia, de vernos alejados de la realidad». Nada que ver por tanto, al parecer, con lo que el PP hace en Euskal Herria, ni en Donostia.

Siguiendo con el mismo consistorio, también Ernesto Gasco (PSE) prefería la crítica a Ferraz que la autocrítica. «Ha llegado el momento del cambio de liderazgo en el PSOE, no podemos perder más tiempo», afirmó, sin reparar en que el batacazo en Donostia es porcentualmente mayor que el estatal. Ha perdido en su ciudad casi la mitad del voto de 2009 (de 17.146 a 9.228).

A fuerza de forzar las lentes, hubo también quienes no se quedaron cortos, sino que se pasaron de frenada. Sorprendió por ejemplo la crudeza con que los medios de Madrid semi- enterraban el bipartidismo. Pese a que el resultado de Podemos resultó inesperado y a que también IU o UPyD pudieron estar por encima de lo previsto, lo cierto es que PP y PSOE siguen siendo las fuerzas más votadas con mucho margen. Mirado desde la perspectiva europea, incluso parece más lógico sostener lo contrario: que el bipartidismo se mantiene en el Estado español frente a lo ocurrido en el Reino Unido (con UKIP compitiendo con conservadores y laboristas), el Estado francés (el Frente Nacional por encima de UMP y PS), Grecia (Syriza delante de ND y Pasok)...

Paradójicamente, quienes incidían en exagerar el bajón del bipartidismo a nivel estatal («se hunde», llegaba a decir ``El País'') no hacían el mismo hincapié en Euskal Herria o Catalunya, las dos zonas del Estado en las que efectivamente la dupla PP-PSOE pinta cada vez menos. ``El Mundo'' sí admitía que Euskal Herria despertó ayer «más nacionalista» y alertaba de que ello «alimenta sus reclamaciones».

En cualquier caso, las referencias a los avances soberanistas en estas dos naciones quedaron bastante menospreciadas en la prensa estatal, como si todos entendieran que es mejor no agitar ese árbol. Curioso, sobre todo porque algunos de estos medios sí que ponían el acento en los buenos resultados del SNP escocés, el Sinn Féin irlandés o el N-VA flamenco.