La fórmula que se plantea es la de convocar una consulta previa al congreso extraordinario del 19 y 20 de julio, en la que los militantes elegirían al nuevo líder.
Posteriormente, los delegados ratificarían esa elección en el congreso extraordinario y votarían a la nueva Ejecutiva.
Dos de los aspirantes a las primarias, los diputados Eduardo Madina y Pedro Sánchez, han abogado por el voto directo de los militantes, incluso Madina ha advertido de que, si no es así, ni siquiera se planteará presentar su candidatura.
«Creo que comprendo muy bien cuál es el estado de ánimo que tienen en este momento los militantes del PSOE y por eso quiero anunciarles que sólo valoraré las decisión de presentar mi candidatura a la Secretaría General si la elección de secretario general se hace por voto directo», decía Madina este lunes.
Fuentes cercanas a Rubalcaba subrayan, no obstante, que este está dispuesto a darle voto directo a los militantes solo «si la mayoría de las federaciones territoriales lo quieren».
Por el momento federaciones como la de la CAV, Galiza, Asturias, La Rioja, Castilla La Mancha y Castilla y León se han manifestado a favor, al igual que el PSC, mientras que Aragón se ha mostrado en contra, Andalucía, Madrid, Valencia, Canarias y Nafarroa todavía no se han pronunciado, y Extremadura lo aceptaría si hay un consenso fuerte.
En contra de la consulta directa a los militantes para elegir al nuevo secretario general han vertido opiniones, entre otros, el europarlamentario electo Ramón Jáuregui, quien aseguró que «nuestros estatutos no contemplan que voten los 250.000 militantes ante el congreso, no está previsto así y no se va a hacer así».
En todo caso, el debate sobre la forma de elección del secretario general del PSOE deberá resolverse en los próximos días, antes de la convocatoria oficial del congreso de julio.