Ante lo que se entiende como un hito en las historia del Estado español, con un cambio que remite indudablemente a la memoria de lo que fue la salida del franquismo, la abdicación de Juan Carlos I ha reabierto en Euskal Herria el también viejo debate de reforma o ruptura. El PNV aboga por dar un voto de confianza al heredero, mientras que EH Bildu y otras formaciones de izquierda abogan por la ruptura con la monarquía. PP, UPN y las ramas del PSOE están en modo «sintonía de Estado».
Al lehendakari, Iñigo Urkullu, la noticia le llegó en la inauguración de la Bienal de la Máquina Herramienta, en el BEC, y habló de «cambio de ciclo» para tratar de resolver la «cuestión vasca». Urkullu señaló que «es una oportunidad para la actualización de los derechos históricos vascos a través de la vía abierta desde el binomio reconocimiento de los derechos históricos y pacto con la Corona».
El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, realizó una declaración en Sabin Etxea desde donde pidió «valentía y determinación al nuevo monarca para que afronte con realismo los verdaderos problemas que viven el Estado español y su ciudadanía». El PNV insta al futuro rey a «que ejerza la función de arbitraje y moderación que tiene constitucionalmente encomendada para abordar sin más dilación un nuevo modelo de Estado» que dé respuesta a las reivindicaciones nacionales.
La vía para ello, según Ortuzar, es la de reconocer el «hecho diferencial» de los derechos históricos. El PNV ofrece a cambio que «sabrá estar, como en el pasado, a la altura de las circunstancias y contribuirá a la necesaria estabilidad institucional y normalidad democrática».
«República vasca»
EH Bildu, por contra, no muestra confianza alguna en la monarquía española, sea quien sea su titular, y considera que la propia Casa Real es «la mayor evidencia de la falta de democracia», una institución encargada de mantener «el modelo político-institucional basado en la negación de los pueblos».
EH Bildu invita a los partidos a no repetir los errores de hace 35 años. Por su parte, se compromete a «seguir trabajando para una verdadera ruptura democrática, por el derecho a decidir su futuro que le corresponde a nuestro pueblo y por todos los derechos de todas las personas». Apuesta «por la construcción de una república vasca libre ».
Otras formaciones de izquierda, como Ezker Anitza y Equo, mostraron también su apuesta por la ruptura con la monarquía y llamaron a la ciudadanía a retomar el protagonismo.
En parecido sentido, la diputada de Geroa Bai, Uxue Barkos, declaró que «si la monarquía busca prestigio, que empiece desde abajo: referéndum. Que hable la ciudadanía».
Catalunya se aferra a la consulta y a su independencia
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, avisó de que la aspiración de la consulta sigue tras la abdicación: «Habrá cambio de Rey, pero no en el proceso político que está siguiendo el pueblo de Cataluña para que el 9 de noviembre podamos decidir nuestro futuro colectivo», afirmó. Jordi Pujol envió también un mensaje muy similar a este.
ERC aprovechó la situación para llamar a los catalanes a manifestarse a favor de una República catalana y su portavoz y vicepresidenta primera del Parlament, Anna Simó, apuntó que, entre otros motivos, el proceso soberanista catalán pueda haber influido en la decisión de Juan Carlos I. Simó dijo no esperar nada del cambio al frente de la Casa Real española.
La CUP invita a la ciudadanía catalana a empujar con más fuerza que nunca hacia la ruptura democrática con la monarquía y con el Estado. Por la tarde se realizaron concentraciones por la independencia ante numerosos ayuntamientos catalanes. GARA