«Escocia ha realizado un viaje interno muy profundo»
Investigador en Oxford, este doctor en Dirección de Empresas y Desarrollo Territorial acaba de publicar ‘‘Postindependentzia #HanIzanikHonaGara’’, de rabiosa actualidad en el contexto de los procesos escocés y catalán. Pero mira sobre todo a Euskal Herria, planteando un horizonte hipotético de cinco años para llegar a un estadio similar. Destaca que Escocia ya ha ganado por el debate estratégico realizado, y considera que «sería imperdonable» que los partidos vascos no extraigan conclusiones.
Su libro sitúa al lector en el escenario del día después de la consecución de la independencia en Euskal Herria. ¿Qué quiere trasladar con esa hipótesis?
Cinco reflexiones. Una; que no estamos preparados aún para el debate de la independencia en Euskal Herria. Dos; pero que, por otra parte, nunca hemos estado tan cerca de poder estarlo. Tres; que es necesario y urgente formular e implementarlo en otros parámetros y gestionarlo con otras variables desconocidas para el ideario socio-político vasco hasta la fecha. Cuatro; que debemos mirar y aprender con/y de otros casos. Y cinco; que debemos desplegar capacidades necesarias en la ciudadanía para poder autogestionar un proceso y dirigirlo mediante políticas que permitan visionar con una amplitud de miras estratégicas nuestro país, por encima de siglas y de tribus ideológicas.
Su investigación se centra en los previos, la construcción de la nación, lo que proyectamos y qué contribución hacemos a un mundo globalizado. ¿Cómo ve ese proceso, en qué se avanza y qué se deja en el camino?
Euskal Herria está muy lejos como nación y realidad del mundo. Tenemos un gran déficit de permeabilidad. Creemos que estamos presentes en las dinámicas internacionales y en el libro analizo el caso de Tabakalera, DSS2016, MCC, SPRI, Export/Import (Eustat), Instituto Etxepare, Euskal Etxeak y Clusters de Hegoalde e Iparralde. Le sorprendería ver que si nos comparamos con cualquier región europea nuestro grado de penetración o de internacionalización no es tan elevado como se transmite. Y lo peor, gastamos recursos sin una previa coordinación estratégica entre instituciones. Mi conclusión es que debemos activar un cambio generacional urgente, con visiones de Euskal Herria desde dentro y fuera, a la vez. Daríamos saltos de gigante, y seríamos todos los días un poco menos, en maneras, #EuskadiSpain.
Plantea la necesidad de un punto de inflexión en las políticas territoriales, ¿a qué se refiere?
Instituciones y dirigentes deben dar el salto a situarse en la Europa del día a día, vivirla, «fabricar» Euskal Herria desde esa mentalidad. Los escoceses llevan tiempo analizando y reformulando sus políticas de bienestar social (sanidad, educación, universidad y pensiones), desarrollo económico, políticas energéticas, inmigración siendo referencia, políticas impositivas, empresas, empleo, pobreza y justicia social, su potencial lugar en la Unión Europea, su relación con el Reino Unido...
Nosotros llevamos años hablando que queremos ser independientes y parece que nos da miedo tocar la Ley de Territorios Históricos, reformular políticas que afectarían a la configuración territorial asimétrica y compleja dividida en tres geografías vascas...En el libro me pregunto ¿por qué? Solo encuentro una respuesta: falta voluntad política estratégica y incapacidad en la eficiente gestión/renovación de políticas.
En la construcción de la nación da especial importancia a la innovación y el emprendizaje...
El término de nación -que constantemente emplea- requiere una revisión muy profunda, depurando sus aspectos dogmáticos y absolutistas. Sin entrar en detalles del eje del libro en esta materia, ¿para qué queremos una Euskal Herria independiente con muchas instituciones que no están coordinadas y cada vez con un esquema más burocrático, sin dar entrada a proyectos de emprendedores que garantizarían y llegarían donde las instituciones no pueden hacerlo? No existe una complementariedad entre instituciones y emprendedores. Euskal Herria es un ente mayormente institucionalizado con mecanismos a mejorar en la integración de los emprendedores/activistas. Si no acometemos esta tarea, si algún día tenemos un Estado espero que no sea con los mismos errores que los estados que estaríamos dejando.
Señala un plazo de cinco años para llegar a esa «postindependencia», ¿por qué cinco años?
Por las dinámicas en Escocia y Catalunya, y por las fuerzas vivas en Euskal Herria. Cuando el debate a favor/en contra de la independencia entre en nuestra rutina material, en el día a día de las personas, saldremos de nuestro limbo placentero de sociedad adormecida. Escocia ha realizado un viaje interno muy profundo en su diseño como territorio/nación dentro del Reino Unido. Ha aprendido Escocia y también mucho el Reino Unido. En Euskal Herria, debemos de comenzar por una pedagogía ciudadana a la vez que debemos completar la iniciativa Gure Esku Dago con un compromiso de los partidos de evitar protagonizar el proceso.
Por otra parte, aunque sorprenda, creo que, al igual que la pacificación, este proceso lo tenemos que hacer «en casa». Hay que pedir a los no-abertzales cuál sería su ``Better Together''. Me parece que todavía no se han enterado de que esto va de democracia, más allá de la posición de cada uno.
Llegamos a Escocia, ¿el viernes 19 de setiembre vivirán allí la «postindependencia»?
Ellos han ganado ya hace tiempo. Nosotros necesitamos aprender no a ganar, sino a democratizar nuestro Bai y Ez, en la línea de lo anterior. En Euskal Herria hemos sufrido mucho, hemos pensado que con dolor se conseguirían cosas. Debemos construir el escenario postindependentista con argumentos, debates, desencuentros y desacuerdos programáticos, nunca jamás con rupturas y divisiones.
En Escocia... lo podré contestar el 19 desde allí. El unionismo y el Better Together han sido un gran fracaso, es evidente. La gestión de la campaña ha sido patética. En contraste, la diversidad multicolor de la Yes Campaign ha demostrado que la opción independentista supera el mero nacionalismo. No se qué veremos... Yo, por si acaso, llevo la ikurriña en la maleta.
¿Cómo ve la construcción, reconocimiento y proyección de Escocia ante el mundo?
Está dando una lección a Europa y al mundo. Ha demostrado que la independencia se puede lograr sin el uso de la violencia política y por vías meramente democráticas. Y la lección más grande se la han dado a sus vecinos del Reino Unido. Pase lo que pase en el referéndum, el objetivo final no debe ser el lograr un Estado, es haber realizado una revisión estratégica de lo que los escoceses quieren para su presente y futuro. Y eso lo tienen ya.
Escocia ha hibridado dos culturas políticas, la de top-down (las políticas) y la bottom-up (la participación) que en Euskal Herria están ancladas en lógicas de partido decimonónicas que hacen un daño terrible a la democracia y las posibilidades como pueblo en Europa. Supongo que los partidos vascos aprenderán algo, y si no lo hacen, sería imperdonable.