Nagore Mujika comparece hoy ante el titular del Juzgado Central de Instrucción nº 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, de boca de quien conocerá el motivo por el que el martes 14 de octubre ordenó a la Guardia Civil su búsqueda, detención y personación. Dos agentes del instituto armado, de paisano, la abordaron el sábado en el exterior de la prisión de Villena, en torno a las 20.30, cuando se dirigía a coger su coche en compañía de su hija pequeña.
Mujika Álvarez había tenido dos visitas en la prisión alicantina. Por la mañana, junto a otro familiar y la niña, mantuvo un vis a vis con su compañero, Juan Carlos Iglesias Chouzas. Después, abandonaron la cárcel y se dirigieron a la localidad a comer, antes de volver al centro penitenciario, a la tarde, para volver a estar con el preso vasco y la hija de ambos. Según informaron a GARA fuentes familiares, no notaron nada extraño, tanto en el interior como en el exterior de la prisión y fue al ir a coger el coche cuando los guardias civiles le abordaron y le comunicaron la orden.
Tuvo que llamar por teléfono al familiar que le había acompañado en el viaje a Villena, y que permanecía en el hotel aguardando su llegada, para que se hiciera cargo de la niña. A continuación, la ex presa política vasca fue trasladada a la comandancia de la Guardia Civil en Alacant, extremo que conoció la familia a través de la llamada de la propia detenida cuando la detención fue comunicada.
Por ello, Nagore Mujika será asistida hoy en las dependencias judiciales de Madrid por una letrada asignada por ella. Será entonces cuando trascienda la razón de su arresto, ya que los agentes que la apresaron el sábado por la tarde solo les informaron a ella y a su familiar que el juez había decretado la orden de búsqueda, detención y personación ante él «después de que no lograran localizarla en su domicilio habitual».
Muchas horas después de que hubiese trascendido a los medios de comunicación el arresto gracias al aviso de Etxerat, el Ministerio de Interior español informó de la detención de Mujika Álvarez, a quien calificaron como «miembro de ETA».
La deustuarra salió de prisión en febrero de 2011, después de haber cumplido más de 12 años de condena, primero en el Estado francés y luego en el español. Había sido apresada el 25 de mayo de 1996 en el aeropuerto Roisy-Charles de Gaulle, en París, cuando regresaba con su hija mayor de México. En octubre de 1998 fue condenada por un tribunal francés a seis años de prisión por «asociación de malhechores y depósito de explosivos», y en diciembre de 2000 fue extraditada al Estado español y encarcelada. En febrero de 2003, fue condenada por la Audiencia Nacional a 8 años de cárcel, que cumplió el 14 de febrero de 2011.
Se da la circunstancia de que abandonó la cárcel de Villena, donde estuvo presa junto a su compañero y su hija pequeña. Desde su liberación, la actividad de Nagore Mujika ha sido pública y notoria como miembro de Egiari Zor Fundazioa, además de miembro de Etxerat.
Etxerat califica de «cruel y lamentable» el arresto a las puertas de la cárcel de Villena
Etxerat denunció ayer el arresto de Nagore Mujika, calificándolo de «cruel y lamentable». La asociación de familiares y amigos de los represaliados incidió en las circunstancias de la detención de la deustuarra en el exterior de la prisión de Villena, acompañada de su hija menor cuando salía de mantener un vis a vis con su compañero preso.
El colectivo incidió en que Mujika fue apresada «a más de 700 kilómetros de Euskal Herria» a consecuencia de la política de dispersión que se aplica a los presos políticos vascos y que sufren sus familiares. Etxerat se preguntó por qué el juez no la citó a la Audiencia en vez de ordenar su arresto «cuando se encontraba lejos de casa», en fin de semana. Asimismo, citaron la circunstancia de que los guardias civiles la abordaran cuando iba en compañía de su hija de seis años, criticando que se haya obligado a la menor a vivir «toda esta situación evitable ¿Dónde están los derechos de los niños?», interpelaron.
Sortu, al igual que lo hizo Etxerat, mostró su solidaridad hacia los allegados de Nagore Mujika e incidió en que la detenida reside en Bilbo junto a su familia, por lo que se podía haber evitado su aparatoso arresto. La formación abertzale mostró su preocupación, «ante el temor de que se trate de una maniobra para fabricar nuevos sumarios basados en la venganza».
Sortu añadió que esta detención desvela que la única oferta que el Estado español tiene para la sociedad vasca es «más negación, imposición y represión», recordando los tres años transcurridos desde que ETA anunciase el final de la lucha armada. A.G.