En el Centro conmemorativo del Muro de Berlín en la Bernauer Strasse –la calle que simboliza la partición ciudadana–, Angela Merkel ha recordado que las «imágenes (de la caída del muro), que dieron la vuelta al mundo, eran el anuncio del fin de la división de Berlín, de Alemania y de Europa, y el fin de la Guerra Fría».
En su primer discurso del día, la canciller ha señalado que «este centro conmemorativo transmite también la gran suerte y regalo que constituye el poder vivir unidos y de forma pacífica en nuestro continente, en una estructura económica y social a la que van ligadas libertad y responsabilidad».
«Podemos cambiar las cosas a mejor, ese es el mensaje de la caída del muro», ha señalado la jefa del Gobierno alemán durante la inauguración de una exposición permanente sobre la vida diaria detrás del muro que durante 28 años dividió la ciudad.
Este «mensaje de confianza», ha añadido, va dirigido tanto a Alemania como al resto de Europa y del mundo y «en estos días, especialmente a la gente en Ucrania, en Siria, en Irak y en muchas otras regiones de nuestro planeta donde la libertad y los derechos humanos están siendo amenazados e incluso pisoteados».
Merkel se ha mostrado convencida de que hay mas muros –«de la dictadura, de la violencia, de las ideologías, de las enemistades»– que pueden ser derribados ahora y en el futuro.
«La caída del muro nos enseñó que los sueños se pueden hacer realidad, que nada debe permanecer tal y como está, por muy grandes que sean los obstáculos», ha subrayado.
El momento culminante de los actos conmemorativos será esta tarde junto a la emblemática Puerta de Brandeburgo, cuando hacia las 18.20 GMT (19.20 en Euskal Herria) se suelten al cielo berlinés los primeros de un total de 7.000 globos blancos, distribuidos desde este viernes a lo largo de 15 kilómetros de lo que fue el trazado del muro.
Con esa ceremonia, que durará una media hora, se simbolizará la disolución del muro.