Tres años y medio de acoso a los gobiernos de EH Bildu en la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Donostia, con el apoyo indisimulado de los principales poderes mediáticos y resto de instituciones, para que al final la coalición independentista siga liderando el territorio y crezca en apoyos en la capital, mientras sus opositores se estanquen o pierdan posiciones, y quien irrumpa con fuerza sea Podemos, una formación que, en buena lógica, coincidirá en Juntas Generales y en los ayuntamientos con muchas de las propuestas de la izquierda soberanista, contribuyendo así a poner en práctica políticas transformadoras y progresistas.
Tres años y medio de acoso a los gobiernos de EH Bildu, con el apoyo indisimulado de los principales poderes mediáticos y resto de instituciones, para que al final el 27,5% de los encuestados valoren bien o muy bien a la Diputación, mientras que el mal o muy mal se queda en el 18,1%; y para que el 32% esté contento con el trabajo del Ayuntamiento de Donostia, quedando los disconformes en un 20,3%.
La oposición y sus apoyos mediáticos no parecen haber acertado en su estrategia, puesto que el desgaste que han podido alimentar en la labor de EH Bildu en la Diputación y en el Ayuntamiento de Donostia, no les reporta beneficio alguno. Si la coalición independentista pierde un 5% de sus apoyos en el territorio, es porque se van al fenómeno emergente del momento, Podemos, que al mismo tiempo hace mella también en otras formaciones.
Se trata, por tanto, de un desgaste ambivalente, puesto que si bien por una parte resta escaños a EH Bildu, la irrupción de Podemos puede ser también el inicio de una conjunción de fuerzas de transformación social y política que conlleve el impulso en Gipuzkoa de prácticas de gobierno más radicales en lo fiscal y social. Las estimaciones más positivas para sus intereses podrían dar incluso la mayoría absoluta en JJGG a la suma de EH Bildu y Podemos.
Donostia sostiene a EH Bildu
Según la encuesta realizada por Invesco para GARA, Donostialdea se convierte en el soporte de EH Bildu para las próximas elecciones forales y municipales en el conjunto del territorio. En el ayuntamiento de la capital sube casi un 3% en intención de voto, y en el conjunto de la circunscripción se mantiene en las elecciones a Juntas Generales, sin acusar desgaste. El talón de Aquiles de la coalición independentista, según este sondeo, estaría en la circunscripción de Deba-Urola, donde podría podría perder dos de sus actuales escaños, además del que obtuvo Aralar en 2011. Lo llamativo es que son puestos que podrían repartirse PNV, Podemos y PP.
Por lo que respecta al Ayuntamiento de Donostia, EH Bildu puede brindar por sus buenos resultados, creciendo en apoyo ciudadano a la candidatura de Juan Karlos Izagirre y en concejales, mientras que sus opositores tienen más de un motivo para la reflexión. El PNV, aunque sube algo en estimación de voto, no lo hace lo suficiente para lograr ni una concejalía más que las que tiene actualmente.
Ernesto Gasco pierde 6,6 puntos en intención de voto, sobre lo logrado por Odón Elorza en 2011, dejándose dos concejales en el trayecto. Pero más acusada es aún la caída al vacío del PP, que puede restarse la mitad de sus votos en Ayuntamiento de Donostia, lo que conlleva bajar de sus 6 concejales actuales 3 futuros.
De las pérdidas de PSE y PP se aprovechan EH Bildu, por un lado, pero sobre todo Podemos, que entraría en el Consistorio donostiarra con nada menos que cuatro concejales y por encima del PP, partido que en su día pudo ostentar la alcaldía y que ahora está retrocediendo a los últimos puestos en todos los sondeos, con Arantza Quiroga intentando buscar asideros para evitar el desplome, mientras los líderes del partido hacen sus cálculos personales a la vista de que este barco va camino de hundirse.
El PNV no arranca
Los resultados de las pasadas elecciones autonómicas, en los que el PNV prácticamente empató con el independentismo gobernante en Gipuzkoa, hicieron albergar a los jeltzales unas expectativas de vuelco en los próximos comicios forales que, primero las europeas, y ahora las encuestas (no solo la de Invesco para GARA, también la de Lehendakaritza), se están encargando de alejar.
Markel Olano no es un candidato nuevo, ya fue diputado general, y lleva unas cuantas semanas de campaña visitando las distintas localidades como si fuera un recién llegado que busca conocer una realidad que ya tenía que tener dominada de sus tiempos de gobierno. Pero, de momento, ni esa peregrinación pueblo a pueblo, ni los apoyos que recibe desde el Gobierno de Lakua y, sobre todo, de la consejera Arantza Tapia, ni las alarmas que constantemente hace sonar Adegi, ni los debates que exageran medios públicos y privados, ni los anuncios apócrifos del inminente hundimiento de Gipuzkoa, hacen que el PNV consiga despegar de los 14 escaños que obtuvo en 2011.
La acción tantas veces concertada de la posición se salda con el estancamiento del PNV y el mantenimiento de la caída continua de PSE y PP.
Lo que rompe el tablero es la irrupción del fenómeno Podemos, al que la encuesta le concede una estimación de un 13,3% de voto y 7 apoderados, aunque podría perder uno por Donostialdea, quedando en 6.
Podemos, que todavía no ha decidido cómo afrontará las próximas elecciones, ni cuales serán sus candidatos, ha cogido ya todos los boletos para ser quien mueva el fiel de la balanza para determinar qué política se lleva adelante en las instituciones guipuzcoanas, si se sigue avanzando en términos sociales o se vuelve a los tiempos de las coaliciones entre PNV y PSE, que en este caso obtendrían el apoyo incondicional del PP.
Gipuzkoa, desde el liderazgo de EH Bildu, y Donostia, con el crecimiento del apoyo a Izagirre, se juegan volver a ser vanguardia social a partir de mayo.