Ramón SOLA DONOSTIA
Elkarrizketa
AMAIA IZKO
DETENIDA EN LA REDADA

Amaia Izko: «Ha sido una teatralización, pura carnaza mediática»

«Son conscientes de que no pueden prohibirnos que visitemos a los presos», remarca con contundencia Izko, con no muchos años pero sí muchos miles de kilómetros a sus espaldas, de cárcel en cárcel. Ahora ha conocido los calabozos, «el esperpento» y hasta dónde llega el afán de aislar al Colectivo de Presos.

Lunes, 7.00 de la mañana, en Torrejón de Ardoz. Aparece la Guardia Civil, viene a detenerla. ¿Qué piensa y qué siente en ese momento?

Siempre hemos sabido que los abogados somos testigos muy molestos, que hemos planteado muchas cosas que han supuesto revelar una democracia falsa y, por eso, también hemos sabido siempre que alguna vez nos lo harían pagar. Así que lo primero que pensé fue «ya está, ya han venido».

Justo cuando iban a salir hacia la Audiencia Nacional...

Ese dato es el que resume y refleja toda la operación. No nos dejan llegar a la Audiencia Nacional y tras tenernos 30 horas tirados en unos calabozos nos llevan a la misma Audiencia Nacional. ¿Qué significa? Pues que todo el operativo era una teatralización, pura carnaza mediática, un esperpento bajo forma de demostración de fuerza.

Hacía siete meses que se conocía que se preparaba esta operación y los abogados estaban en el punto de mira. ¿Cómo han vivido este tiempo?

Con la conciencia de que pretendían condicionar nuestro trabajo y la libertad con la que lo tenemos que hacer. De hecho, entonces se requirieron explicaciones al juzgado y cuando notificó que algunos bufetes estaban siendo inspeccionados, se les comunicó que estaban a su disposición para cualquier información. Pero no; la contestación a la española ha sido esta redada, con un espectáculo algo dantesco.

En esta operación se introducen componentes económicos además de los políticos habituales. ¿Cómo lo valoran?

Entra dentro del cálculo mediático y del espectáculo. Como se sabe que en el Estado hay una situación de tolerancia cero hacia estos delitos, aunque esto sería muy matizable, intentan aplicarlos ahora al independentismo, que para eso es el demonio. Son acusaciones que tienen pies de barro, pero ya habrá tiempo de ver eso. Lo importante ahora es constatar que no consiguen ese objetivo, porque lo que en la opinión pública española se vende como crímenes peligrosos, en Euskal Herria es entendido correctamente como algo natural, como solidaridad, como compromiso e, incluso. tiene una alta valoración.

¿Y el objetivo político?

Buscan romper todo el trabajo de solidaridad para que el Colectivo se sienta más indefenso. Quizás piensen que con esto pueden provocar cierta reacción dentro... porque es lo que siempre han intentado, romper ese Colectivo humana y políticamente.

¿En los calabozos apreciaron algún detalle significativo, algo que no se haya percibido desde fuera sobre el motivo y objetivo de todo esto?

Nada. Se limitaron a tenernos allí tirados durante todo el tiempo. La única comunicación fue para notificar las acusaciones, nada más. Supimos que habían entrado con perros y que buscaban dinero, dinero, dinero... poco más.

¿Entiende a qué llama la AN visitas y a qué llama «rondas de control»?

Entiendo lo que buscan con todo esto: condicionar nuestro trabajo y evitar que lo podamos realizar de forma libre. Pero son conscientes de que no pueden prohibirnos que visitemos a los presos.

¿Cómo es la labor de asistir a presos dispersados? Por ejemplo, ¿cuántos kilómetros al año hace Amaia Izko?

Una vez sacamos el cálculo y nos salían varias vueltas al mundo, no recuerdo cuántas. En mi caso, lo mido en coches: llevo varios «gastados» y todos los he jubilado con 300.000 kilómetros. Resumiendo, lo que diría es que nuestra labor consiste en reclamar cosas muy básicas con enormes dificultades, jugando siempre en terreno ajeno, la mayor parte terreno enemigo, y en condiciones muy deficientes. No se trata solo de las distancias... está también la restricción de las llamadas telefónicas, por ejemplo. ¿Cómo se supera eso? Con voluntad.

¿Por qué es abogada de presos vascos, qué le motiva, cuál es la diferencia con defender a cualquiera otra persona o a cualquier otro preso?

La diferencia es la implicación personal, el compromiso contra abusos, injusticias, vulneraciones de derechos humanos fundamentales, que son situaciones muy excepcionales. La clave es ese compromiso y también, en mi caso, el encaje ideológico en la izquierda abertzale.

¿Ve un objetivo de torpedear la vía jurídica de EPPK, que ahora es más activa que antes? ¿A más acción jurídica de los presos, más ataques a sus abogados?

Sí. El Colectivo ha tomado unas decisiones y los abogados somos, de algún modo, un mecanismo necesario para desarrollarlas. Ellos, por contra, prefieren un Colectivo aislado, desaparecido en lo político y en lo público. Quieren cortar todo eso, incluyendo la solidaridad económica, de modo que el Colectivo se sienta desprotegido incluso en lo más profundo. No olvidemos que esto no es solo una redada contra abogados, hay otras cuatro personas detenidas y tres de ellas encarceladas injustamente. Y todo tiene el mismo objetivo: aislar al Colectivo, quebrando la asistencia jurídica por un lado y la solidaridad económica por otro. Que tengan claro que tenemos muy presentes a estas cuatro personas y que vamos a defenderlas contra viento y contra marea.

La reacción social ha sido importante; en su caso lo hemos visto con el apoyo masivo en la escuela del barrio... Pero más infrecuentes aún resultan posicionamientos críticos como los de los colegios de abogados, incluso a nivel estatal. ¿Por qué?

Lo atribuyo a lo que comentaba antes. En Euskal Herria se ve la otra cara de la moneda de esta operación, se refleja justo lo contrario de lo que se pretende provocar en la opinión pública española. Era una redada diseñada para su público, sin darse cuenta de que supone traspasar más líneas y que eso en Euskal Herria no es aceptado por un espectro muy amplio. Y de ahí vienen esas respuestas, que terminan provocando solidaridad también en el ámbito estatal.

Amaia Izko es también portavoz de Sortu. A la salida, ¿ha recibido algún mensaje especial desde el ámbito político? ¿Le ha llamado algo la atención en las reacciones políticas?

Sí. Me ha llamado la atención la postura del PNV. Me ha parecido sorprendente y que se situaba fuera del cuadro.

El lehendakari Urkullu ve problemas de forma...

Esto es todo menos una cuestión de forma.

Tras la redada de hace un año, centrada también en abogados, hubo una unidad de acción rápida pero que duró poco. Ahora, ni siquiera eso. ¿Cómo evitar que cosas así vuelvan a pasar?

Solo hay una clave, que es la sociedad vasca, las personas que la formamos. Hay ganas, necesidad y empuje suficiente para que esto cambie.