Ante el juez Pablo Ruz, que es el que instruye la causa, los cuatro ciudadanos vascos han negado haber participado en «ningún tipo de enaltecimiento» y han señalado que el acto celebrado en Antsoain tenía como objetivo denunciar la vulneración de los derechos humanos de los prisioneros y medidas de excepción como la dispersión, así como lanzar un mensaje de cariño a sus familiares, que son quienes «sufren sus consecuencias».
En principio, el juez del tribunal de excepción había remitido un exhorto al juzgado de Iruñea para que los cuatro pudiesen declarar allí sin tener que desplazarse hasta Madrid. No ha sido posible ya que el titular del juzgado número 4 de la capital navarra ha decidido no cumplimentar el trámite, obligando a los cuatro acusados a tener que viajar hasta la Audiencia Nacional.