Maider IANTZI
DONOSTIA

«Me gusta la buena comida y esta, a veces, está en la calle»

Esta parisina, presidenta de Parabere Forum –iniciativa pionera que une mujer y gastronomía y que tuvo lugar en marzo en Bilbo–, viaja 250 días al año para contarle a los lectores dónde se come bien.

Entre entrevistas y debates, la apasionada periodista explica a GARA en qué consiste la diferencia entre una comida maravillosa y una comida única. Por ejemplo, Parabere Forum es algo nuevo, único, una manera de crear marca.

¿Qué es lo que le motivó a ser periodista?

Siempre he tenido pasión por la información. Creo que es un oficio duro para el que hace falta pasión. El otro día dieron los premios Pulitzer y uno de los ganadores dejó de ser periodista porque no le daba para vivir. Creo que sin periodistas no hay prensa y sin prensa no hay democracia. Es un oficio muy importante; tenemos que salvaguardarlo porque se está destruyendo.

¿Cuándo decidió centrarse en la gastronomía?

La gastronomía es otra de mis pasiones y decidí combinar ambas. A veces es difícil que haya una vacante en la sección que quieras, pero tuve la suerte de querer trabajar en gastronomía, que estuviera libre y que me dieran la oportunidad.

¿Dónde empezó?

En París, en un periódico de economía que ya no existe. Soy freelance y escribo para distintos periódicos y revistas. Trabajo mucho para el extranjero: para la prensa escandinava, británica, americana...

¿Pasa el año viajando?

Viajo 250 días por año por todo el mundo. No puedo decir que haya un continente que no cubra: Australia, Japón, Los Emiratos, México, Perú, Chile...

Eso le permitirá una visión global que tiene poca gente…

Creo que es importante tener una visión global y nada te forma más que viajar.

Tendrá el paladar muy educado con distintos sabores y texturas… ¿Sus gustos también han ido evolucionando?

Cuando era pequeña odiaba los calabacines y ahora me encantan [ríe]. Que los padres no se preocupen: el gusto cambia.

Intenta informar y no dar su opinión.

Sí, eso es importante. A veces te dicen ‘es que el chef hizo esto o lo otro’… A mí no me importa su vida privada, no trabajo para la prensa del corazón. Lo que tenemos que decirle a la persona que está pagando el periódico es dónde se come bien.

Y eso significa muchas cosas…

Es todo, es la experiencia global. Es el lugar, la bodega, el servicio, la mantelería… todo influye.

¿Cómo trabaja?

Depende. En ocasiones vas a un lugar y cuando sales del restaurante, o a los dos días, no te acuerdas de ningún plato y dices: ‘¡Dios mío!’. Y sin embargo, cuando un plato te marca, es que realmente es bueno. Me gusta pedir el menú y hago pequeños signos en cada plato para acordarme. También tomo fotos. Si no quieres, no tienes por qué ser descubierto, pero hay críticos a los que les gusta mucho que se den cuenta de que han llegado.

¿Qué plato o experiencia le ha marcado últimamente?

Últimamente he comido muy bien en Londres. He estado hace apenas dos semanas en un restaurante que se llama The Ledbury, el chef es Brett Graham, y la verdad es que he comido muy muy bien. La suerte que tenemos es que hoy se come bien en todas partes. Ya no es como antes, que había una capital mundial de la gastronomía, que era París.

¿Visita todo tipo de lugares?

Sí. También voy a bares, a panaderías a desayunar, como y meriendo en mercados… Me gusta la buena comida y esta, a veces, está en la calle.

La gastronomía es un sector donde participan mujeres y hombres por igual, pero se dice o parece que es masculino.

En el Foro de Turismo Gastronómico hay bastantes mujeres, la verdad es que estoy sorprendida gratamente. Estoy siempre muy atenta a eso y, de hecho, hoy había un vídeo sobre México y había tantas cocineras como cocineros.

¿Cómo nació Parabere Forum?

Nació de una frase que dijo el secretario general de la ONU Ban Ki-moon: ‘El mundo no podrá llegar al cien por cien de los objetivos si nos olvidamos del 50% de la población’. Empoderar a las mujeres es la base de un mundo mejor, lo repito en cada entrevista.

En el foro de Bilbo se pudieron ver ejemplos de ello.

Este año el tema ha sido la inspiración. Entonces, todas las ponentes tenían un proyecto social ligado a la gastronomía. La próxima edición, que quisiéramos que fuera en Italia, se centrará en emprender. Es alimento para el cerebro. El fin es promover la diversidad.

¿Qué balance han hecho?

300 personas no dudaron en tomar un avión para venir a Bilbo. Vinieron de la India, Zimbabwe, Chile… –las chilenas están aquí, me han saludado entusiasmadas–. María Fernanda di Giacobbe, de Venezuela, se ha ido a Bolivia a enseñar a mujeres a hacer bombones; y Kamilla Seidler, chef de Gustu, La Paz, le está comprando. Las participantes están creando proyectos en común para ayudar a otras mujeres; ese es el mayor éxito.