Iraola, Susaeta, Ibai Gómez, Aurtenetxe y Toquero son los únicos rojiblancos que –excepción hecha de Iraizoz y Muniain por distintos motivos– podrían repetir final, la de 2012, porque de la de 2009 solo quedan el guardameta navarro, el capitán, el inevitable ‘lehendakari’ y el ‘14’ eibartarra. Por lo tanto, muchos debutantes en una final de Copa si tenemos en cuenta que ni Gurpegi ni San José, en el banquillo, tuvieron minutos en aquella derrota 3-0 en el Calderón. Curiosamente, en Mestalla también estaban cambiados pero no jugaron Gurpegi, un Xabi Etxeita antes de salir cedido y otro que tal, Mikel Balenziaga.
El recuerdo más reciente es el de 2011-12 y como se ve, el equipo ha cambiado mucho. Es más, Iraizoz no jugará por decisión técnica, Susaeta e Ibai no son ahora mismo titulares e Iraola, en su adiós, parece el único fijo para repetir en el once. Un equipo de inicio en el que casi seguro tendrá cabida algún debutante con la condición aun casi de cachorro. Hace cuatro temporadas, del ambiente del vestuario de aquella final con Marcelo Bielsa pudieron participar jóvenes como Ruiz de Galarreta, Ramalho o Raúl, esta campaña, todos lejos de casa.
En esta ocasión, el ya de por sí ‘premio gordo’ de vivir in situ una final desde dentro, siendo copartícipes de la misma, lo tienen reservado chavales como Iñaki Williams, Ager Aketxe o los Unai, Bustinza y López, sin olvidar a Guillermo Fernández. Un sueño hecho realidad estar ya solo en un escenario así, ser protagonistas de una experiencia de tal calado y tener la oportunidad incluso de hacer historia de ganar el título.
«Ahora ya estoy nervioso, con muchas ganas y mucha ilusión, y según vayan pasando los días yo creo que el gusanillo por la tripa me recorrerá. Es algo que nunca he vivido y que lo voy a disfrutar. Voy a salir a por todas», reconocía este semana uno de los presumibles titulares el sábado, el joven Williams en declaraciones a EFE. «Me gustaría que ganáramos. Y si pudiéramos ganar metiendo yo un gol o un pase de gol o lo que sea relacionado con el gol de la victoria aún sería mejor. Pero, bueno, con ganar estaría ya muy conformado», sueña el chaval con una final inimaginada cuando en 2012 fichó del Pamplona por la cantera de Lezama.
«Estaba con incertidumbre porque era algo nuevo para mí. Llegar a la ‘resi’ (la Residencia de Derio) con todos los jugadores nuevos. Venía con la cosa de que yo era el más malo y quería demostrar a mis entrenadores que era bueno, que tenía condiciones para estar ahí y que valía para estar en el Athletic», recuerda aquellos momentos de incertidumbre. Hoy, está ante nada menos que una final. «Era algo impensable. La verdad es que he trabajado mucho. Llevo mucho tiempo trabajando para llegar hasta aquí y se ve recompensado todo el trabajo. Pero no me tengo que parar porque esto no para», insiste.
«Sueño con ganarlo»
Como Williams, también su compañero Aketxe sueña. Incluso con jugar. Pero de momento, dejando que la ilusión se adueñe de ellos. «Ves a la gente, todo con banderas, y eso te da confianza. Hemos hecho una segunda vuelta buenísima y llegamos en un estado de forma muy bueno, confiados, además la gente nos lo transmite a nosotros y a ver si les podemos devolver esa confianza», sostiene. Y soñar: «Yo no he vivido nunca un título y sueño con ganarlo, sacar la gabarra sería increíble».
Williams también se refiere a esa confianza del grupo. ¿Qué se dice en el vestuario? «Que tenemos que ganar, que no podemos amedrentarnos, que serán muy buenos pero que nosotros tenemos ilusión, ganas y un respaldo de toda la afición que ellos no van a tener, que para ellos no va a ser lo mismo. Que vamos a ganar y a traer la Copa», responde convencido. «Mi madre, la pobre, va a estar muy nerviosa. Pero seguro que me van a apoyar y espero que lloren pero de alegría», confía.