La plaza de toros, de la pelea de carneros a la era del hilo
La plaza de toros de Iruñea, una de las más grandes del mundo y la segunda del Estado, se ha llenado de color para reivindicar que hemos nacido para ser libres y felices. «Una cosa no va sin la otra», ha apuntado la escritora y activista feminista Itziar Ziga. Este acto ha sido un paso para conseguirlo.
Como en los estadios de Donostia y Bilbo, el acto en la capital navarra ha culminado con la construcción de una urna gigante en la mitad de la plaza de toros juntando las telas de colores que se han ido tejiendo pueblo a pueblo durante todo el año.
Ha sido emotivo, bonito y diferente, complemento de la cadena humana del mediodía, en la que, siguiendo el objetivo que ha tenido desde el principio Gure Esku Dago, la gente ha sido el centro de la actividad. Tras la unión de las telas que ha reflejado esta participación, ha venido «la eclosión del mensaje» (utilizando las palabras del portavoz de la dinámica Mikel Soto), que, a su vez, ha sido una muestra de la efervescencia que se vive en Nafarroa. Esta efervescencia y este cambio no se pueden entender dejando a un lado el derecho a decidir: en las calles se palpa la necesidad y el deseo de la gente para decidir su futuro sin limitaciones.
Una de las anécdotas ha sido que, tal y como ha declarado Urko Aristi (presentador junto a Estitxu Fernandez), se les ha ido un poco la mano con el sol, por lo que muchas personas que tenía su asiento en el tendido del sol se ha cobijado en la sombra. Aristi y Fernandez les han animado a atreverse y salir al sol, recordándoles que en los Sanfermines los mejores momentos se viven allí... y, aunque con lo que calentaba en un primer momento se veía difícil, les han hecho caso y se han empezado a mover entre aplausos. El primero, dando ejemplo, ha sido el nuevo alcalde Joseba Asirón.
Pasado, presente y futuro
El acto ha estado dividido en tres partes o tiempos: pasado, presente y futuro (dentro del futuro se han mostrado las oportunidades y los miedos). Así, se ha empezado con una pelea de carneros para recordar que los vascos le hemos hecho daño uno al otro. «Antes vivíamos en la era de los carneros, pero hoy por la mañana habéis hecho magia, habéis reforzado la unión del año pasado. Ayer era voluntad y hoy es hilo. Habéis hecho que entremos en la era del hilo y eso es grande», han explicado los presentadores.
Petti ha cantado la poesía de Lauaxeta, viajando hasta 1522, cuando Euskal Herria perdió a 200 personas y el Castillo de Amaiur. «Somos el pueblo que perdió Amaiur y se desangró en las carlistadas, pero también el que resistió y se levantó». Un pueblo que se organiza, que canta y baila... «Un pueblo de Amaiur y Zugarramurdi».
Uno de los momentos más álgidos ha venido cuando una leyenda de Iruñea, El Drogas, ha cantado "Sotanas". «Aparte de los fueros, hemos perdido la vergüenza», ha declarado el excantante de Barricada. Dantzaris han mostrado cómo cambia todo cuando encontramos un punto de apoyo con las personas y Piperrak ha cantado una canción que tiene más de quince años pero que está más viva que nunca: "Gora Sartaguda".
El actor Aitor Merino e Itziar Ziga han subido al escenario con ese grito, y la plaza ha estallado otra vez cuando Merino ha declarado que «necesitamos a los que no han venido y, especialmente, a los que no han podido venir». Los dos han salido cogidos de la mano, como volando... Y, finalmente, se ha construido la urna gigante mientras un coro cantaba la canción de Gure Esku Dago y vecinos de Berriozar unían las telas. Hoy una urna para poder decidir mañana.