Minutos antes, durante el acto de entrega en Bilbo de Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial, que promueve el Círculo de Empresarios, Urkullu había abogado por abordar una reforma constitucional «desde los cimientos» mediante la negociación y «la disposición al acuerdo y al pacto».

Según ha comentado, un Estado «debe ser una empresa común que reconozca su diversidad como una riqueza, que establezca un sistema de relaciones desde el reconocimiento y respeto mutuo. Queremos un futuro compartido con espacio y libertad para nuestra razón de ser».

La respuesta del monarca no ha tardado llegar. «Confluyen hoy aquí tierras, personas, obras y sentimientos que integran, desde su propia singularidad, el gran patrimonio común de todos, la gran empresa que a todos nos pertenece y nos une, que es España», ha sentenciado.

Además, ha subrayado la necesidad de que «las autoridades se atengan, nos atengamos, en todo momento a nuestros respectivos deberes y obligaciones constitucionales, y en un marco que ofrezca seguridad jurídica, respeto a la ley, confianza y estabilidad. Y todo ello en el seno de la Unión Europea, que es ya un verdadero proyecto nacional de España, un proyecto que nos ampara y protege frente a las incertidumbres».

Aprovechando que el galardonado era el presidente de honor del Grupo Freixenet, José Ferrer Sala, el ministro español de Sanidad, Alfonso Alonso, ha destacado que el hecho de que Felipe de Borbón entregue en Euskal Herria un premio a un empresario catalán «simboliza la voluntad de cohesión y unidad de España».

En lo que sí han coincidido los intervinientes ha sido en aplaudir la labor del empresariado. El monarca ha destacado que estos son «los mayores creadores de empleo en España», mientras que Urkullu ha instado a poner en valor la figura de la persona emprendedora que invierte y asume riesgos y ha reiterado el compromiso del Gobierno de Lakua con este colectivo.