La entrega de los “Retratos municipales de las vulneraciones de derecho a la vida en el caso vasco” a los alcaldes de los 130 municipios que forman el Mapa de la Memoria –donde se recogen los datos de las personas que han fallecido en acciones de ETA, GAL, Batallón Vasco Español y las Fuerzas de Seguridad del Estado– puso de manifiesto la existencia de dos formas de afrontar la reconciliación en Euskal Herria. La del PNV y el PSE, que insisten en tomar como base el «suelo ético», y la de EH Bildu, que apuesta por «mirar al pasado para reconocer con absoluta cercanía y sinceridad a las personas que se les ha causado un dolor irreversible».
«Hay que mirar al pasado para construir el futuro, para establecer unas bases solidas tanto éticas como políticas y democráticas, y no para buscar venganza o moverse en la eterna exigencia de la culpabilidad. Porque sinceramente, y lo digo con el máximo respeto, hay posiciones políticas que a veces da la sensación de que prefieren encerrarse en la noria del pasado para no mirar al futuro, porque el futuro es diálogo, es empatía y es generosidad, y eso, a veces, da miedo», destacó el alcalde de Errenteria, Julen Mendoza, que intervino en representación de EH Bildu.
Las palabras del regidor soberanista contrastaron con la postura del PSE que, por boca del alcalde de Irun, José Antonio Santano, instó a la izquierda abertzale a que «reconozca los errores del pasado». «Buscamos que la deslegitimación y condena de la actividad de ETA tenga lugar también por parte de quienes la ampararon o defendieron», señaló el primer edil irundarra tras hacer hincapié en la validez del «suelo ético», aprobada la legislatura pasada en la Ponencia de Paz y Convivencia de la Cámara de Gasteiz.
«Creemos que al reconocimiento de las víctimas hay que añadir una deslegitimación y condena expresa del uso de la violencia para conseguir objetivos políticos como los que ETA pretendía obtener, porque la memoria es la única reparación que podemos ofrecer a las víctimas asesinadas. No podemos olvidar pero tampoco tergiversar o diluir lo que ha sucedido como si hubiéramos estado en un escenario de conflicto entre partes. […] Y existe una manera de materializar la deslegitimación que ya cuenta con el visto bueno de una gran mayoría del Parlamento: el suelo ético», añadió.
El regidor de Bilbo, Juan María Aburto, también citó la necesidad de deslegitimar la violencia para lograr una «sociedad inclusiva». «Si queremos avanzar en el camino de la construcción social de nuestro país, tenemos que acrecentar la convivencia. Necesitamos reconocer el daño causado para restituir a todos y todas las personas que han sufrido, y sufren», afirmó el dirigente jeltzale, que advirtió de que la paz «nos exige mirar desde otro prisma el pasado, vivir de otra manera el presente y creer en un futuro diferente». «Hacer pedagogía social y política, y cambiar actitudes y valores que nos permitan ver el futuro como un regalo para nuestros hijos e hijas», detalló.
Políticas memorialistas
Las intervenciones de los alcaldes estuvieron precedidas del discurso del lehendakari, Iñigo Urkullu, que, al igual que Santano, basó su discurso en la defensa del «suelo ético». Un acuerdo firmado en marzo de 2013, en una legislatura marcada por el apartheid político contra la izquierda abertzale, que, a su parecer, «puede servirnos de base para avanzar juntos. Porque avanzar es reconocer la injusticia de la violencia y reconocer a todas las víctimas». «Es necesario avanzar. Y habremos dado un gran paso cuando todas y todos coincidamos en reconocer la injusticia de la violencia que han padecido las víctimas de ETA. Y daremos otro paso cuando todas y todos coincidamos en un reconocimiento de todas las víctimas, al margen del signo de la violencia que las haya producido», manifestó.
Asimismo, el inquilino de Ajuria Enea invitó a los ediles presentes a impulsar políticas memoriales desde el ámbito municipal, «promoviendo el más amplio consenso posible. Con altura de miras y generosidad. Recorriendo juntos un camino que nos permita cumplir con la responsabilidad que compartimos de reconocer la injusticia de la violencia y la dignidad de todas las víctimas».
A este respecto, afirmó que el 10 de noviembre, “Día de la Memoria”, es una «oportunidad apara encontrarnos en el camino de una memoria crítica y constructiva».
Ausencia y crítica del PP
El lehendakari presidió el acto de ayer, al que no asistió ningún cargo del PP, ya que en los municipios en los que gobierna la formación derechista no se han registrado víctimas mortales asociadas al conflicto que padece Euskal Herria. «Es muy grave lo que está haciendo Urkullu, creando un acto con criterios preestablecidos para que el PP no pueda estar esn ese foro», denunció el secretario general del PP alavés, Javier de Andrés, tras lamentar que el PNV «prefiere llegar a acuerdo con quienes han contemporizado con los asesinados, que con quienes han padecido los crímenes».
En la misma línea se pronunció la secretaria general del PP de la CAV, Nerea Llanos. A su juicio, la entrega de los “Retratos Municipales” supone «una bofetada a las víctimas del terrorismo, que, después de muchos debates y sufrimientos, han visto cómo vuelven a ser mezcladas en este concepto etéreo y genérico de violencia». Como era de esperar, la parlamentaria rechazó la equiparación de las «víctimas del terrorismo» y con las víctimas de la violencia estatal.
Cabe señalar que el alcalde de Irun criticó la ausencia del PP en la cita de ayer, celebrada en el Instituto Vasco de la Memoria (Gogora). «Es una formación política que ha sufrido en sus carnes el zarpazo del terrorismo. No se comprende que la formación que más concejales ha visto asesinados esté ausente en este encuentro», subrayó. El primer edil de Errenteria también se refirió a la ausencia del PP. «No me imagino una paz construida sin las gentes del PP y del PSOE, ni tampoco me imagino una paz construida sin las gentes de EH Bildu», señaló Mendoza tras recordar que la paz «solo es posible construirla mediante acuerdos con lo que hemos considerados enemigos o por lo menos adversarios políticos».
Etxerat reivindica el reconocimiento de las 16 víctimas de la dispersión
Miembros de Etxerat se concentraron ayer en la Gran Vía de Bilbo, a escasos metros del Instituto Vasco de la Memoria (Gogora), para reivindicar el reconocimiento como víctimas de las 16 personas que han fallecido a consecuencia de la dispersión penitenciaria.
«Hay una víctimas que no están reconocidas, las que ha provocado la dispersión. Y creemos que es inevitable que estén recogidas en el “Mapa de la Memoria” –donde figuran los datos de las personas que han fallecido en acciones de ETA, los GAL, el Batallón Vasco Español, y las Fuerzas de Seguridad estatales–. Si no, no podríamos hacer un mapa verdadero de lo que ha pasado en este país», explicó Urtzi Errazkin, miembros de la asociación de familiares y amigos de lo presos y presas vascas.
Este también hizo hincapié en la necesidad de reconocer el sufrimiento al que se ven sometidos semana tras semana los allegados de los represaliados, que realizan largos viajes para poder abrazar durante unos minutos a sus seres queridos. «Este fin de semana 700 familias se saldrán a al carretera, y puede haber más víctimas», destacó ante los medio de comunicación.
Dos miembros de Etxerat entregaron las reclamaciones de este colectivo a los responsables de protocolo del Gobierno de Gasteiz, que custodiaron la entrada del centro Gogora, donde tuvo lugar la entrega de los “Relatos municipales de las vulneraciones del derecho a la vida en el caso vasco” a los alcaldes de los municipios que forman el citado “Mapa de la Memoria”.I.S.
La familia de Cabacas exige justicia ante el centro Gogora
Los padres y la tía de Iñigo Cabacas, fallecido tras recibir el impacto de una pelota de goma disparada por un agente de la Ertzaintza en abril de 2012, se concentraron junto a la puerta del Instituto Vasco de la Memoria –situado a pocos metros de donde fallecido su hijo– para reclamar justicia. Pidieron al lehendakari celeridad en la resolución del caso.I.S.