«Estamos ante un juicio político, una instrumentalización política de una querella que presentó la Fiscalía General del Estado», ha afirmado Neus Munté, quien ha manifestado la «plena convicción» del Govern de que ni Mas ni la exvicepresidenta Joana Ortega ni la consellera Irene Rigau, también imputadas, hicieron «nada ilegal». Ha expresado el total apoyo y solidaridad del Govern con los tres imputados.
La portavoz del Govern ve una «auténtica anomalía democrática» que atribuye a la Fiscalía General del Estado y al Gobierno español por querellarse contra quien puso las urnas para que la gente opinara sobre el futuro de Catalunya.
Ha acusado de «cinismo» al Ejecutivo de Mariano Rajoy por afirmar que la citación se produce ahora para no interferir en el proceso electoral del 27S, y ha criticado que, si fuera sincero, lo que debería hacer es expresar su satisfacción por la imputación de Mas.
«La presión sobre la Fiscalía –por parte de Gobierno– no ha parado en ningún momento, tampoco a lo largo de la campaña electoral. No ha habido respeto por ninguna fecha y por ningún periodo electoral», ha lamentado.
El Govern asegura que la imputación no tendrá «ninguna afectación» en la constitución del nuevo Parlament ni al aplicar la hoja de ruta soberanista que Junts Pel Sí ha llevado a las elecciones.
Numerosos apoyos a los imputados
La imputación de Mas, Rigau y Ortega ha suscitado una cascada de reacciones y muestras de apoyo. Así, el parlamentario de la CUP David Fernández; el presidente de ERC, Oriol Junqueras; el portavoz de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), Pere Macías; el presidente de la ANC, Jordi Sànchez; y el presidente de Òmnium Cultural, Quim Torra, han trasladado su solidaridad a los tres imputados, entre otros.