Estonba ha relatado las torturas que sufrió «durante 26 días en la comisaría de Amara. Las once primeras jornadas fueron muy duras porque físicamente lo pasé muy mal, hasta que llegó un punto en el que no podía más», ha recordado. Posteriormente, estuvo un mes más en la cárcel de Martutene, donde permaneció hasta que se dio por terminado el estado de excepción que se había decretado y fue puesto en libertad. Estonba ha reconocido ante los medios tener «muy poca fe» en que el asunto llegue a buen puerto.
Aitzol Azpiroz es descendiente de familiares de José Ariztimuño, Aitzol, sacerdote fusilado, junto a casi doscientas personas, en el cementerio de Hernani en octubre de 1936. Su cuerpo está desaparecido y sus allegados siguen buscando «para poder enterrarlo con dignidad». Azpiroz ha mostrado su esperanza de que esta causa contra el franquismo «sirva para que la sociedad despierte y que, después de 40 años de miedo e impunidad, entremos en una nueva fase».
Los concentrados, entre los que se encontraban cargos políticos e institucionales de PNV, EH Bildu y Podemos-Irabazi, han permanecido tras tres pancartas denunciado los crímenes del régimen dictatorial y reclamando verdad y justicia.
La presidenta de las Juntas Generales de Gipuzkoa, Eider Mendoza, ha recordado que el organismo que preside ha aprobado una declaración con «el apoyo de todos los grupos políticos» para mostrar la «solidaridad» con los afectados y recordar que «las vulneraciones de los derechos, también de la época del franquismo, necesitan evidentemente reparación, memoria y justicia con respecto a lo que pasó en aquellos años para que la paz y la convivencia se asienten en bases sólidas también en nuestro país».