Aalia ha relatado que fue detenido tras participar junto a otros 20.000 refugiados en el campamento de la diginidad levantado en Gdeim Izik, cerca de El Aaiun. Fue condenado por un tribunal miliitar y llegó a Euskal Herria para participar en un curso y aprovechó su estancia para pedir asilo político. Esta demanda le fue denagada y recibió una primera orden de expulsión. Presentó un recurso y la Audiencia Nacional española paralizó su expulsión. Sin embargo, fue detenido por la Policía española en Burgos, y se le abrió un nuevo expediente de expulsión, que es por el que puede ser entregado a Marruecos.

El refugiado saharaui ha denunciado que el Estado español ha legitimado un tribunal marroquí que ha sido denunciado por vulnerar los derechos humanos. En este sentido, ha recordado que sus compañeros han sido torturados, algunos de ellos mediante violaciones practicadas con botellas de cristal. Asimismo, ha denunciado la complicidad del Estado español, antigua potencia colonial, con la ocupación marroquí de Sahara Occidental y las conculcaciones que supone.

Consuelo Satrustegui (Geroa Bai) también ha denunciado la complicidad española con la ocupación marroquí de Sahara Occidental, mientras que Esther Korres (EH Bildu) ha recordado que Marruecos también ha construido un muro de separación y ha alertado de la situación que padecen los presos políticos saharauis. Tras denunciar la complicidad española, ha reclamado que se respete el derecho a decidir del pueblo saharaui.

Ainhoa Aznárez (Podemos) también ha denunciado la vulneración de derechos humanos del pueblo saharaui y ha reclamado respeto al derecho a decidir. Marisa de Simón (I-E) ha calificado de inadmisible la política marroquí y española respecto a Sahara Occidental.

También UPN y PSN han mostrado su solidaridad a Aalia, recordando que el Parlamento navarro emitió una declaración institucional en este sentido cuando fue detenido.

Javier García (PP) ha destacado que el Estado español es «un país de asilo, ya que el 100% de peticiones de asilo de saharauis se responden favorablemente». «El sistema es humanitario», ha añadido.

El pasado 8 de octubre, el activista saharaui también recibió el apoyo del Parlamento de Gasteiz.