La guerra es el módulo básico de esta historia ideada por el catalán Albert Pla, uno de los músicos más carismáticos, imaginativos y contrasistema de la escena peninsular, además de actor (“A los que aman”, “Honor de caballería”, “De nens”, “Memorias de Tortuga”, “Murieron por encima de sus posibilidades”, “El rey gitano”…). Pepe Miravete es un experimentado director, asimismo actor y productor teatral, y Fermin Muguruza es la flexibilidad artística que sigue sin conocer sus límites. El musical puede verse hoy y mañana en el Teatro Campos de Bilbo a partir de las 20.00 horas.
“Guerra” nace de la efervescente actividad creativa de Albert Pla. La idea de una pelea de raperos está en el origen. Con un par de canciones, algún texto y un montón de imágenes va tomando forma. «Y un día, mientras preparábamos en su casa una sanfaina y cien canelones, me lo cuenta –señala Pepe Miravete–. Y se lo cuenta a Carles Mora y Mariona Omedes, (Nueveojos), responsables de los audiovisuales, y a Raúl Fernández “Refree”, encargado de la dirección musical. Este sería más o menos el germen de este espectáculo».
Desde el primer momento, Albert Pla ya tiene el espectáculo entero en la cabeza y lo describe con precisión. Tiene claro el hilo conductor, el tono. Intuye los textos, las canciones. «Imagina los videos y nos lo explica una y otra vez. Se trata de ir concretando, eliminar abstracción, tener una primera aproximación que nos sirva para iniciar el proceso de producción», matiza Miravete.
A principios de año, cuando se confirma el estreno para mediados de julio, todo se vuelve frenético. Largas estancias en el cuartel general, rodeados de ordenadores, con el estudio de grabación al lado, ensamblando los textos con las canciones, con los videos, con la música para crear las diferentes escenas que articularán la dramaturgia de “Guerra”. Después llegan los intensos ensayos, la primera representación y la amplia gira que se está montando.
Desde la cómoda atalaya del sofá, la percepción que se tiene de las guerras actuales, se asemeja más a un videoclip o una película de acción que a un hecho físico y real. Y eso tiene que ver con quién y cómo nos las cuentan, según se desprende de la narrativa de “Guerra”. Al eliminar la mayoría de sentidos, la realidad se encoge y es muy difícil discernir lo que realmente está ocurriendo. Se ensancha la brecha entre cómo son realmente las cosas y el relato que nos llega de ellas. La violencia queda difuminada detrás de un titular impactante o una imagen congelada. «Cuando el patrón se repite una y otra vez hasta dejarnos hipnotizados, plácidamente dormidos, el mundo queda reducido en una partida de buenos y malos. El bueno es el que tiene la fuerza y el malo el que desafía esa fuerza», describe Miravete, quien profundiza: «Con esta perspectiva de meros observadores, casi nos convencen de que las guerras son heroicas, inevitables y necesarias. ¡Qué aberración! La paz global tiene un precio inaceptable para el complejo industrial-armamentístico; por lo tanto: ‘¡Más madera!, es la guerra!’ ¡Qué despropósito! De entre las cenizas de esta pira, recogemos el testigo y queremos contar nuestra guerra, como la vemos nosotros, como la percibimos». Pero el director avisa de que no se contará la verdad, que no se les pidan explicaciones. «Nuestro oficio de titiriteros solo nos permite buscar las emociones que nos hagan reflexionar e intentar la catarsis. Lo demás, no está en nuestras manos».
“Guerra” es un espectáculo global en el que se utilizan todos los recursos a su alcance para contar una historia y reflexionar en voz alta sobre las cosas que preocupan. Se define como musical porque se trata de una obra teatral que incluye partes cantadas, pero tanto la forma de contarlo como la utilización narrativa de la música y el video convierten “Guerra” en un espectáculo difícil de clasificar. Ante esta situación, el directo es la mejor fórmula para entender el tramado que ha tejido un amplio equipo de trabajadores que implica a cerca de quince especialistas.
En “Guerra” el audiovisual es parte fundamental para visualizar lo que el equipo de trabajo ha imaginado con la intención, además, de hacerlo comprensible tanto para los coproductores, el festival Grec de Barcelona, como para el público. El audiovisual es, por tanto, la figura principal de esta propuesta escénica que se utiliza tanto para crear espacios (escenografías) como para realizar cine.
Muguruza
Raúl Fernández Refree, músico polifacético, productor y compositor de bandas sonoras es una de las primeras apuestas por las que opta Pla para formar el equipo. La música de Refree es la base, marca el ritmo, el tiempo en el que suceden las cosas. Y con su personal visión lo impregna todo de manera eficaz.
Fermin Muguruza se incorpora casi al final del proyecto. «Este personaje era para él y el destino así lo quiso. Los calendarios pudieron coincidir. Pla, Muguruza, Refree son un trío de ases. Los tres sobresalen de manera notable en el ejercicio de su profesión y no están para perder el tiempo. Cuando se juntan es para hacer algo realmente interesante», puntualiza Miravete.
«Fermin lo ha puesto muy fácil. A pesar de que por su trayectoria, aparentemente, parece el más alejado del teatro, su experiencia sobre las tablas ha sido muy útil para dar vida al personaje que representa, la ciudad. Las letras de sus canciones han sido vitales para recrear el antagonismo al ejército que interpreta Albert. Poesía cruda, directa, de verdad. Muguruza en estado puro. Cuando al principio no se sentía en su medio, observaba, preguntaba, opinaba... Poco a poco, memorizando y practicando, iba entendiendo como manejarse en este nuevo ambiente, hasta sentirse como pez en el agua. Fermin es un animal de escenario, lo pongas donde lo pongas», explica con entusiasmo el director
Miravete cuenta con 35 años de profesión, un tiempo que le ha permitido tomar el rol de múltiples facetas. Es actor, director, productor, adaptador, programador… Pero fue con la adaptación, producción y dirección de “Makinavaja” (1989), el cómic de Ivà para “El Jueves”, cuando su trabajo alcanza notoriedad. Durante todo ese tiempo ha estado relacionándose principalmente con el teatro, su auténtica pasión, dirigiendo e interpretando o las dos cosas a la vez, más colaboraciones esporádicas en cine y televisión.
Entre su últimos trabajos firmó el espectáculo “Del deporte también se sale”, actor en un par de capítulos de la serie “Águila Roja”, los cortometrajes “Nube” y... “Tripoman”. Con Pla ya participó en otro espectáculo músico-teatral, “Manifestación”.
Respecto a su relación con Pla, Miravete señala que conocía su música y que un día fue a verle en directo y le dejó impresionado. Tanto, que poco después fue a otro de sus conciertos, momento en el que le propone interpretar al protagonista de “Caracuero” (1995). «Teatro teatro, nada de canciones. Ahora lo pienso y me parece una temeridad, pero había mucho talento y lo resolvimos bien. Fue un trabajo muy intenso y productivo del que nace nuestra mutua admiración».
“Guerra” cuenta con una amplia serie de fechas, aunque Pla y Muguruza han sido censurados en numerosas ocasiones.