Guarderías, escuelas y universidades cerradas, el metro parado, fuerzas de seguridad movilizadas.... Bruselas vivó ayer su tercer día consecutivo de máxima alerta, y el segundo de una gran redada en el que se detuvo a 21 personas, y se inculpó a uno de ellas por supuesta vinculación a los ataques de París que dejaron 130 muertos, aunque el principal sospechoso, Salah Abdeslam, seguía sin ser localizado.
Con todo, la capital europea, de 1,2 millones de habitantes, estaba lejos de estar desierta, si bien el clima de ansiedad era palpable, con menos tráfico, mayor presencia de bicicletas y menos afluencia en las estaciones ferroviarias. Algunas empresas pidieron a sus empleados que trabajaran desde casa.
El primer ministro belga, Charles Michel, aseguró que la «amenaza terrorista» seguía siendo «seria e inminente» y anunció que el estado de alerta se prolongaría hoy. «Tenemos indicaciones serias de que se pueden producir nuevos ataques», explicó Michel, que confirmó que las autoridades temen una réplica de los ataques de París. «Los objetivos potenciales son los mimos que enumeramos ayer (domingo)», añadió, citando zonas comerciales y transportes públicos.
Levantamiento progresivo
A partir de hoy, se reanudará tanto la circulación del metro, probablemente de forma progresiva, en la capital belga, así como las clases en los centros educativos, mientras que para el resto del país se aplicará durante toda la semana el nivel 3, correspondiente a las situaciones de riesgo «posible y probable». Michel aseguró que «se tomarán medidas de seguridad suplementarias» para garantizar que tanto alumnos como profesores no corren riesgos. El Gobierno ha ordenado la preparación de salas seguras donde poder proteger a los alumnos en caso de atentados.
Seguirán aplicándose medidas para la disminución de los grandes eventos y se reforzará la presencia de policías y militares en las calles.
Una juez de instrucción acusó a uno de los cinco detenidos ayer de participar en «actividades de un grupo terrorista» y en «un ataque terrorista». Con él, son ya cuatro los sospechosos en Bélgica contra quienes pesan cargos de participación en los atentados de la capital francesa. Otros tres detenidos seguirán en prisión al menos 24 horas.
Hallan un cinturón de explosivos en una papelera de París
La Policía encontró ayer un cinturón explosivo en la localidad de Montrouge, al sur de París, similar a los usados en los atentados perpetrados el 13 de noviembre por Estado Islámico (ISIS) en la capital francesa. Un fuente cercana a las investigaciones detalló a la cadena gala BFMTV que el hallazgo se produjo alrededor de las 20.00 en una papelera de Hauts-de-Seine. El cinturón llevaba una carga en la parte delantera y otra en la trasera. De acuerdo con la misma fuente, los primeros análisis de la Policía científica revelaron que contiene TATP, el mismo tipo de explosivo usado por los kamikazes de París. Los agentes de la Policía Judicial y de la Policía Científica que se desplazaron a Montrouge debían establecer si esas cargas se podían activar. Las fuerzas del orden establecieron un cordón de seguridad en torno al punto en el que fue localizado ese dispositivo en la calle Chopin.
Montrouge está muy cerca de Chatillon, el municipio donde las fuerzas de seguridad francesas encontraron el teléfono móvil de Salah Abdeslam, el yihadista huido. Las autoridades creen que Abdeslam no quiso activar su cinturón de explosivos –a diferencia de los otros siete atacantes–, razón por la cual también estaría perseguido por el ISIS. Abdeslam fue recogido en Barbès, un barrio del norte de París, por dos conocidos que lo llevaron ya de madrugada a Bruselas. Ambos se encuentran detenidos en Bélgica, acusados de estar vinculados a los ataques.GARA